Twitter les puso en contacto por azar y la red social de los 140 caracteres fue tejiendo poco a poco entre Milagros del Corral y Óscar da Cunha una amistad sólida y cómplice que con el paso del tiempo ha dado como fruto una novela, Mi infierno eres tú, escrita a cuatro manos.

Una "aventura, un experimento", dicen ambos, que es hoy una realidad gracias a las nuevas tecnologías, que cada noche y durante dos años, el tiempo que han tardado en escribir la novela, borraron la distancia que separa Madrid, donde reside Milagros del Corral, exdirectora de la Biblioteca Nacional de España, entre otros muchos méritos profesionales, y San Sebastián, ciudad en la que él ejerce de consultor de empresas.

Era ese momento del día el elegido por Del Corral y Da Cunha, dos personalidades muy diferentes pero con una pasión común por los libros, la escritura y la música, para sentarse ante el ordenador e intercambiar e-mails y charla online sobre lo escrito durante la jornada. Así, paso a paso, fueron dando forma a ese juego de sorpresas que es Mi infierno eres tú.

Editada en digital y papel por Bubok, esta historia de "amores y desencantos, de reencuentros y recuerdos" tiene como protagonistas principales a Marina, una estudiante madrileña que viaja al París bohemio de 1980, y a Tony, un joven barcelonés que lucha por encontrarse a sí mismo entre lienzos y pinceles en el barrio de Montmatre.

Dos personajes cuyas vidas tan solo se cruzarán en tres ocasiones -siendo muy jóvenes, en París, cuando cumplidos ya los treinta sean unos profesionales de éxito y, por último, en la madurez de los cincuenta- y en tres momentos muy concretos de la historia de España.

"Su historia de amor -relata Milagros del Corral- transcurre en los años ochenta, los de la consolidación democrática, en los noventa, cuando todos nos creíamos ricos, y en la época actual, cuando la crisis no ha dejado títere con cabeza. Tres momentos muy importante en nuestra historia reciente".

Del Corral se ha encargado de dar forma a Marina y Da Cunha de Tony -"es en lo único que hemos sido convencionales", reconoce él-, durante un tiempo de escritura en el que tan solo se vieron las caras en cinco ocasiones. "La comunicación a diario fue a través del teléfono y, sobre todo, del correo electrónico", destaca ella.

"Los dos empezamos con miedo, porque no nos conocíamos de nada, con timidez hacia el otro", que vencieron enseguida, recuerda por teléfono, desde San Sebastián, Oscar das Cunha.

Para él, al igual que para su compañera de aventura, ésta es su segunda novela. Antes, ella publicó Último otoño en París (2013) y él La sonrisa de La Magdalena (2012).

Milagros del Corral destaca lo novedosos de su método de trabajo, cómo desde el primer momento, "algo poco usual al escribir una novela, ya que se suele partir de un esquema inicial más o menos desarrollado", tuvieron claro que partirían de cero, para ir creando "a cuatro manos" una historia. "No sabíamos hacia dónde nos dirigíamos. Lo fuimos descubriendo poco a poco".

"Así es la vida. Nadie tiene su guión escrito de antemano. Todos nacemos con nuestro libro de la vida en blanco, y vamos escribiéndolo poco a poco, con nuestros aciertos, nuestros errores...", argumenta Del Corral, que hace referencia a dos estilos de escritura "diferentes pero que conviven bien, no chirrían" en un relato escrito con calma y mimo.

Una y otro coinciden en que, desde el primer momento, entre ellos hubo complicidad, respeto, sinceridad para decirse lo que no les gustaba de la escritura del otro, confianza, ..."feeling", como apunta Óscar da Cunha. "Siendo tan diferentes, como personas y como escritores, hemos logrado una sincronización perfecta", insiste.

"Nunca nos hemos enfadado; no ha habido motivos", abunda ella, al tiempo que se refiere a dos estilos de escritura tan diferentes y distinguibles como complementarios. "Su encaje no ha sido complicado. El lector -cree- distinguirá uno y otro".

La experiencia les ha dejado tan buen sabor de boca, están tan satisfechos con el resultado, y de cómo ha transcurrido el proceso previo, que no dudan en que habrá otros proyectos literarios, también a cuatro manos. "A lo mejor duramos como pareja literaria", bromea Da Cunha.