Compone foto visiones a partir de las cartas que intercambia con presos del corredor de la muerte

  • Amy Elkins recrea fotográficamente en 'Obscuro es el día, obscura es la noche' los anhelos y reflexiones de condenados a muerte encerrados en aislamiento.
  • La fotógrafa se carteó durante cuatro años con presos confinados en tanto se aplicaba la sentencia en celdas de 2,7 por 1,8 metros durante 23 horas diarias.
  • La serie, ganadora del premio de Aperture Foundation de 2014, presenta imágenes bucólicas de románticos bosques, panoramas celestes, retratos borrosos...
Foto de Amy Elkins sobre el estado de ánimo de un preso que lleva 13 años en el corredor de la muerte
Foto de Amy Elkins sobre el estado de ánimo de un preso que lleva 13 años en el corredor de la muerte
Courtesy Amy Elkins
Foto de Amy Elkins sobre el estado de ánimo de un preso que lleva 13 años en el corredor de la muerte

La fotógrafa Amy Elkins (1979) mantuvo contacto epistolar durante cuatro años con siete de los 1.500 presos condenados a muerte y encerrados en espera de ejecución en los EE UU [PDF con la relación completa, 66 páginas]. Empezó porque no podía creer que fuesen tantos y porque muchos de ellos desean cartearse con personas del mundo exterior al que jamás regresarán porque, aunque la pena capital fuese anulada, cumplirían cadena perpetua sin derecho a libertad condicional.

Con siete de los internos, todos encerrados en régimen de aislamiento en celdas de 2,7 por 1,8 metros y durante 23 horas al día —los sesenta minutos restantes son para ir a la ducha y caminar en soledad, sin compañía de nadie, por un pequeño patio—, Elkins intercambió cartas tan frecuentes como oceánicas: las entregas que le llegaron de algún condenado a muerte eran de hasta quince páginas.

Trasladar a imágenes el ánimo de cada uno

Con el material, el toma y daca postal, Elkins llevó a término la serie Dark Is the Day, Dark Is the Night (Obscuro es el día, obscura es la noche), un intento de usar los anhelos y reflexiones de los presos como base para componer foto visiones intentando condensar o trasladar a imágenes la situación y el estado de ánimo de cada uno. El proyecto ganó el Aperture Portofolio Prize de 2014 y se expone hasta el 29 de enero en la sede en Nueva York de la Fundación Aperture, una activa organización dedicada a la fotografía social y humanista.

El propósito de la fotógrafa fue, dicen los organizadores, "capturar los paisajes interiores" de los presos usando las palabras de estos para componer una especie de "provocadora elegía" en torno a personas que han asumido la inevitable ejecución mortal. Elkins desea que no se la confunda con una artista esnob. "No sé lo que la gente piensa de mí. No soy una chica privilegiada escribiéndome con hombres salvajes. De ninguna manera. No empecé el trabajo con juicios previos en mente y me gusta que haya logrado contar las historias de estas personas de una manera no convencional (...) Siempre les respondí con la misma sinceridad que ellos emplearon conmigo", dice la fotógrafa en unas declaraciones al blog Prison Photography, dedicado al análisis del absurdo e injusto sistema penitenciario de los EE UU, un país con 2,5 millones de personas entre rejas —la cifra asciende a 7,3 millones si añadimos a quienes están en espera de juicio y en libertad condicional—.

Algoritmos basados en los años entre rejas

Para Dark Is the Day, Dark Is the Night  —título tomado textualmente de un poema que le remitió uno de sus corresponsales encerrados—, la fotógrafa ha recurrido a la creación de imágenes digitales mediante la introducción en Photoshop de algoritmos matemáticos que formuló con el número de años que cada persona llevaba encarcelada como elemento distorsionador de las fotos, que en ocasiones son retratos pixelados que aluden a la progresiva pérdida de identidad de los presos, pero también, panoramas celestes cercanos a la abstracción como símbolo de la imposible libertad o románticos bosques creados a partir de la superposición de capas de fotos distintas que nacieron del tono "educadamente británico" de uno de los presos.

El proyecto lleva aparejadas fotos de algunos de los sobres, alguno con una trabajada tipografía casi gótica, extractos de las cartas ("vivo como una bestia entre las bestias, ¿quiere eso decir que soy una bestia?", "lo real nunca puede igualar a lo imaginado", "oh juventud, ¿qué he hecho contigo"...) y elementos añadidos por Elkins para contextualizar el ambiente (una bandeja metálica de alimentos que compró en eBay, una cuerda para saltar a la comba trenzada con hilo de las sábanas según las instrucciones que le envió un preso).

Carta devuelta con un apunte: 'muerto'

De los siete presos que se cartearon con la fotógrafa uno fue liberado —la fotógrafa no sabe las razones porque él dejó de escribirle, pero quizá, sospecha, la libertad fue consecuencia de una apelación por un proceso judicial injusto o anómalo—; otro le pidió dejar el proyecto para concentrarse en escribir una novela, y un tercero fue ejecutado. El sobre con la última carta que le envió Elkins fue devuelto sin abrir. Alguien había escrito en el sobre: "deceased" (muerto).

Elkins es también la autora de Parting Words (Palabras de partida, 2009), una serie de quinientos retratos policiales de presos ejecutados. Las fotos fueron reconstruidas digitalmente con la repetición de las últimas palabras de cada uno antes de la muerte. La idea es que cada rostro corporice al fallecido y construya a la vez un microrrelato, con frecuencia escalofriante. Algunos ejemplos: "Abandoné su cadáver en el río Trinity", "esta noche baila en las calles de oro", "voy a esperarte"...

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