Rousseff asume un segundo mandato lleno de desafíos como presidenta de Brasil

  • Tras ser reelegida en octubre pasado, tras una campaña muy disputada.
  • "Prometo mantener, defender y cumplir la Constitución", ha manifestado.
  • También ha propuesto un gran pacto contra la corrupción.
Dilma Roussef, saludando al público antes de su toma de investidura en Brasilia
Dilma Roussef, saludando al público antes de su toma de investidura en Brasilia
SEBASTIAO MOREIRA/EFE
Dilma Roussef, saludando al público antes de su toma de investidura en Brasilia

La economista Dilma Rousseff asumió este jueves su segundo mandato de cuatro años como jefa del Estado de Brasil tras ser reelegida en octubre pasado, en un acto celebrado en el pleno de la Cámara de Diputados, en Brasilia.

"Prometo mantener, defender y cumplir la Constitución; observar las leyes; promover el bien general del pueblo brasileño, sustentar la unidad, la integridad y la independencia de Brasil, así lo prometo", juro la gobernante en una sesión solemne encabezada por el presidente del Senado, Renan Calheiros, que también es presidente del Congreso.

16 años de poder del Partido de los Trabajadores

El nuevo mandato de la primera mujer en llegar a la Presidencia brasileña elevará a 16 años el período del Partido de los Trabajadores (PT) en el poder en Brasil, tras los ocho años de gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), el padrino político de Rousseff.

Tras el juramento de Rousseff, de 67 años, su vicepresidente, Michel Temer, un abogado de 74 años, asumió el mismo compromiso.

Luego de las fórmulas de rigor en una ceremonia abierta con la interpretación del himno nacional por parte de la Banda de Fusileros Navales, Calheiros declaró a Rousseff y a Temer investidos como presidenta y vicepresidente de Brasil, respectivamente, para el período 2015-2018.

La jefa del Estado fue reelegida para un segundo mandato en octubre pasado en la campaña más disputada en los últimos años en Brasil y con una ventaja de escasos tres puntos porcentuales sobre el senador Aécio Neves, que prometió liderar una enérgica oposición en los próximos cuatro años.

Otros desafíos que esperan a la jefe de Estado en los próximos cuatro años son el gigantesco escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras que puede salpicar a varios de sus alisados y un prometido y duro ajuste fiscal para enderezar la desacelerada economía, que este año tan sólo debe crecer un 0,14 %, según las últimas proyecciones de los economistas.

Durante su discurso Rousseff celebró, que por primera vez en este país latinoamericano una generación de brasileños no vivió "la tragedia del hambre", pero precisó que el fin de la miseria "es sólo el inicio".

Sin pobreza extrema

"Rescatamos a 36 millones de la extrema pobreza. Nunca tantos brasileños ascendieron a la clase media. Nunca el salario se apreció durante tanto tiempo y con tanto vigor", afirmó la mandataria durante un largo discurso pronunciado ante el pleno del Congreso Nacional en Brasilia.

La jefa de Estado, de 67 años, resaltó las medidas empleadas tanto por ella como por su antecesor y padrino político, Luiz Inácio Lula da Silva, y prometió no "traicionar" los avances sociales cosechados por el Partido de los Trabajadores durante los últimos doce años de Gobierno, a pesar de los ajustes anunciados en materia económica.

Rousseff se comprometió también a implementar los cambios pedidos por los habitantes y destacó que Brasil entrará "en una nueva etapa del proceso histórico del cambio social".

"El recado que nos mandó el pueblo no sólo fue de reconocimiento, fue también de quién quiere más y mejor. Por eso la palabra más repetida durante la campaña fue 'cambio' y el tema invocado, reforma", añadió Rousseff, acompañada en la ceremonia por presidentes latinoamericanos y representantes de delegaciones extranjeras.

Rousseff anunció que promoverá un profundo ajuste fiscal para enderezar la desacelerada economía de Brasil, pero con bajos sacrificios para los más necesitados. "Más que nadie sé que Brasil necesita volver a crecer, y los primeros pasos para ello pasan por un ajuste fiscal y un aumento del ahorro público, pero haremos eso con el menor sacrificio posible para la población, en especial para los más necesitados", aseguró.

A la ceremonia de investidura asistieron los presidentes de Bolivia, Chile, Costa Rica, Paraguay, Uruguay y Venezuela, así como los vicepresidentes de China, Estados Unidos y Argentina, los mayores socios comerciales de Brasil, y delegaciones de otros 70 países.

La única presidenta ausente entre los países del Mercosur es la argentina Cristina Fernández, quien sufrió una fractura en un tobillo y envió en su lugar al vicepresidente, Amado Boudou.

Pacto contra la corrupción

La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, propuso también un gran pacto nacional contra la corrupción y una investigación rigurosa de las denuncias sobre Petrobras, pero pidió preservar a la petrolera estatal de "enemigos externos".

"Estoy proponiendo un gran pacto nacional contra la corrupción que implique a todas las esferas del Gobierno y todos los segmentos de poder", aseguró la mandataria en el discurso que pronunció ante el pleno del Congreso tras jurar el cargo para iniciar un segundo mandato de cuatro años.

La jefe de Estado aseguró que el primer paso en ese pacto serán las medidas que prometió en la campaña para las elecciones de octubre pasado, en las que fue reelegida por un estrecho margen, que, dijo, pretende someter a consideración del Congreso en el primer semestre de este año.

Entre esas medidas citó las que permiten sancionar con rigor a funcionarios públicos que se enriquezcan ilícitamente, una destinada a agilizar los procesos judiciales que supongan desvíos de recursos públicos y la que facilita el procesamiento de altos cargos con foro privilegiado.

"Quiero más transparencia y más combate a todo tipo de crímenes, especialmente la corrupción, y quiero que el brazo fuerte alcance a todos de forma igualitaria", aseguró la mandataria en el primer discurso de su segundo mandato, que comienza marcado por un gigantesco escándalo de desvío de fondos de Petrobras que puede salpicar a varios de sus aliados políticos.

La gobernante dijo que, para facilitar el combate a la corrupción, el país necesita adoptar prácticas políticas más éticas y saludables, y que ello sólo es posible mediante una "amplia y urgente reforma política", que depende del Congreso.

Defensa de las amenazas internas y externas

Pese a que se comprometió a combatir con rigor las irregularidades en Petrobras, dijo que esa empresa, la mayor y más emblemática del país, tiene que ser defendida de amenazas internas y externas.

"Petrobras es una empresa con 86.000 empleados dedicados y serios, que tuvo lamentablemente algunos funcionarios que no supieron honrarla. Vamos a investigar con rigor todo lo que ocurrió de equivocado y fortalecerla cada vez más, así como crear mecanismos que evitan que hechos como eso puedan volver a ocurrir", dijo.

La dimensión de las corruptelas en la petrolera se conocerá a fines de febrero, cuando se prevé que la Fiscalía, responsable de la investigación, presente la denuncia formal ante la justicia y desvelará el secreto judicial que hasta ahora impide conocer a los verdaderos implicados.

Las denuncias de corrupción en Petrobras prácticamente han paralizado a la empresa y le provocaron una pérdida de cerca del 40 % en su valor de mercado el año pasado.

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