Roy Lichtenstein prefería la 'espontaneidad' del boceto en papel a la 'seriedad' del lienzo

  • La exposición 'Opera Prima' reúne en Turín 235 dibujos y bocetos en los que el gran artista pop consumaba la perfección de sus cuadros de objetos banales.
  • 'El dibujo es la base de mi arte. Es donde mi pensamiento se desarrolla (...) Las pinturas son iguales a los dibujos pero más grandes', afirmaba.
  • Lanzan también una web sobre la muestra.
En este boceto para 'Pop!', Lichtenstein usó rotuladores y papeles recortados de revistas
En este boceto para 'Pop!', Lichtenstein  usó rotuladores y papeles recortados de revistas
© Estate of Roy Lichtenstein / SIAE 2014
En este boceto para 'Pop!', Lichtenstein usó rotuladores y papeles recortados de revistas

"El dibujo es la base de mi arte. Es donde mi pensamiento se desarrolla". Roy Lichtenstein (1923-1997), uno de los artistas de mayor peso en el siglo XX, prefería el papel al lienzo, dibujar a pintar. "Las pinturas son iguales a los dibujos pero más grandes", opinaba. Al acabar un proyecto escrupulosamente sobre papel y pasarlo, de modo no menos cuidado, al óleo "se pierde una cierta espontaneidad".

Gran renovador del temario plástico contemporáneo —pintó antes que nadie un perrito caliente, una pieza de un costillar vacuno, la viñeta de un cómic, una bola de golf...— e inventor, digan lo que digan los fanáticos de Andy Warhol, del pop art, Lichtenstein es protagonista de una interesante exposición en Italia, Opera Prima, hasta el 25 de enero en la Galleria Civica d'Arte Moderna (GAM) de Turín.

Sucesivos y perfectos apuntes

Si las restrospectivas sobre el artista, abundantes en los últimos años, suelen quedarse prendadas con la majestuosidad de los cuadros y esculturas que desmantelaron el arte moderno a partir de 1961, cuando pintó al pato Donald hablando con el ratón Mickey y, sobre todo, dos años más tarde con Whaam, la ampliación, cada punto tipográfico incluído, de una viñeta de cómic sobre el combate aéreo de dos cazas, Opera Prima se detiene en el meticuloso trabajo previo al lienzo que abordaba Lichtenstein para cada obra.

La muestra, con 235 obras y una bonita web especial lanzada para la ocasión, se concentra en la obra del prominente creador sobre papel y demuestra cómo consumaba la versión final de sus obras mediante sucesivos y perfectos dibujos, apuntes y bocetos que mejoraba progresivamente. Entre las piezas que se muestran en la ciudad italiana están, por ejemplo, varios estudios de explosiones y cazabombarderos para Whaam.

"El dibujo tiene características más interesantes que la pintura", decía el artista, que era un consumado artista del lápiz y el carboncillo. La muestra de Turín incluye bocetos de los objetos de consumo fabricados en serie que tanto le llamaban la atención y que levantaron ampollas cuando empezaron a ser exhibidos, a partir de 1962, en los espacios sagrados del arte en lienzos que parecían banalizar aún más la banalidad contemporánea.

Planificar la pieza definitiva

Aunque fue desconectándose poco a poco de la reproducción de los objetos comunes o las escenas de cómic y, a partir de los años setenta, se acercó al cubismo, el expresionismo alemán y la abstracción, nunca dejó de lado los cuadernos de dibujo en los que planificaba cada obra antes de empezar a componer la pieza definitiva.

Algunos consideraban que reproducía la realidad con tal grado de perfección que se acercaba al mecanicismo y la despersonalización. "Quiero que mi trabajo se vea como algo programado e impersonal, pero no creo que yo sea personal cuando lo realizo. (…) Tendemos a confundir el estilo de la obra acabada con los métodos empleados para hacerla”, decía él.

Junto con los dibuj0s se exponen una quincena de grandes cuadros que nunca antes habían recalado en Italia. La exposición está organizada con la colaboración de la Fundación Roy Lichtenstein. Cuenta con préstamos de museos como la Galería Nacional de Washington, el MoMA, el Museo Whitney y el Instituto de Arte de Chicago.

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