Un nuevo parque será el pulmón de 70.000 vecinos

La zona de esparcimiento de Larreagaburu, como 22 campos de fúbol, abre mañana en la a Mina del Morro, y servirá de respiro a Santutxu y Atxuri.
Varios operarios dan, últimos retoques al cesped. (M. Romero)
Varios operarios dan, últimos retoques al cesped. (M. Romero)
Varios operarios dan, últimos retoques al cesped. (M. Romero)
Bilbao abrirá mañana un pulmón en plena urbe, un parque de 130.000 metros cuadrados, tanto como 22 campos de fútbol, que dará un respiro a los densos barrios de Santutxu, Atxuri, Bolueta o, de la  nueva zona residencial de Mina del Morro.

Será ahí, junto a los 1.100 pisos construidos por el Gobierno vasco, donde los las zonas verdes, los bancos y mesas, los juegos infantiles y los recorridos peatonales sustituyan a las chabolas, las zarzas y la maleza que durante tantos años han poblado una zona minera ahora regenerada por completo.

El proyecto se presentó en enero de 2004 y, ayer, el alcalde Azkuna, unas horas antes de dar inicio la campaña electoral, anunció la apertura del nuevo parque, prevista para mañana sábado. A mediodía de ayer, de hecho, los obreros se afanaban a dar los últimos retoques al parque, que se convertirá en el tercero más grande de la ciudad, tras el de Kobetamendi, de 150.000 m2, y el de Etxebarria, de 140.000 m2.

El de Mina del Morro, que pasará a llamarse de Larreagaburu, tiene, eso sí, unas vistas espectaculares al estar ubicado en un monte que salva un desnivel de 65 metros. Y en los diferentes niveles de la pendiente, se han colocado tres zonas de juegos infantiles, incluida una para niños discapacitados, dos canchas deportivas y, además, se han creado cinco recorridos alrededor del monte, al que se puede acceder por las calles San Joaquín o Georgia. No faltan los árboles, 780 unidades, entre robles, encinas, hayas o madroños y un local que se puede alquilar para bar.

El tranvía vuelve a su ser

El tranvía recuperó la normalidad ayer por la mañana después del corrimiento de tierras que obligó a cortar el servicio el miércoles. Los operarios, según explicó ayer Azkuna, rellenaron el hueco esa misma noche para dar consistencia al terreno sobre el que están las vías. «Pero lo pero ha sido lo del trabajador que se dislocó del tobillo», recordó Azkuna.

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