Hoffmann y Loos, los arquitectos y diseñadores que consideraban al ornamento 'un delito'

  • La exposición 'Los caminos hacia el modernismo' presenta y compara los legendarios trabajos de Josef Hoffmann (1870–1956) y Adolf Loos (1870–1933).
  • Fueron los responsables de que la 'marca Viena' en arquitectura, decoración y diseño tuviera carácter de referencia y alcance mundial por su elegante sutileza.
  • La muestra del museo MAK de artes aplicadas de la capital austriaca concluye la programación del 150º aniversario de la institución.
Recosntrucción para la exposición de un dormitorio diseñado por Josef Hoffmann
Recosntrucción para la exposición de un dormitorio diseñado por Josef Hoffmann
© MAK/Georg Mayer
Recosntrucción para la exposición de un dormitorio diseñado por Josef Hoffmann

Durante unas cuantas décadas de principios de finales del siglo XIX y principios del XX la capital de Austria, Viena, fue la ciudad más moderna de Europa, un hervidero de talento y creatividad donde se discutía de qué manera debían vivir los seres humanos y cómo mejorar sus condiciones con la ayuda de la ciencia, la tecnología, la cultura y el arte. Antes de que la I Guerra Mundial quebrase la bonanza y la creatividad, la marca Viena era una referencia de alcance mundial.

La exposición Wege der Moderne: Josef Hoffmann, Adolf Loos und die Folgen (Los caminos hacia el modernismo: Josef Hoffmann, Adolf Loos y su impacto) presenta y compara a las dos figuras más notables e influyentes de la arquitectura y el diseño de la época. Nacidos en el mismo año, 1870; en la misma zona, Moravia, que ahora es parte de la República Checa, y alumnos de la misma escuela de Artes y Oficios, la de Brno, ambos influyeron de tal forma en la vida cotidiana que los efectos de sus obras llegan hasta nuestros días —Looss, el más intelectual, escribió en 1908 el visionario ensayo Ornament und Verbrechen (Ornamento y delito) proclamando una estética que prescinde del adorno ("como el ornamento ya no está unido orgánicamente a nuestra cultura, tampoco es ya la expresión de ésta") para concentrase en la funcionalidad—.

Muebles, cerámicas, textiles, manuscritos, maquetas...

La exposición, que está organizada por el Museo de Artes Aplicadas de Viena (MAK según las siglas en alemán), permanecerá en cartel hasta el 19 de abril y luego será llevada a París, muestra a través de muebles originales, obras en metal, cerámicas, textiles, manuscritos, planos, fotos y maquetas de edificios como Hoffmann  (1870–1956) y Loos (1870–1933) iniciaron el camino hacia el diseño y la arquitectura modernistas e influyeron poderosamente en algunas de sus futuras estrellas, como Mies van der Rohe y Le Corbusier.

La muestra, que pone fin a la celebración del 150º aniversario de la fundación del MAK, atribuye a la prácticas de Hoffmann y Loos, a menudo enfrentrada pero siempre basada en la visión de la ciudad como organismo dinámico, las paradojas del nuevo siglo y las tensiones de la cotidianeidad, la creación como "marca global" del modernismo vienés, surgido de la creciente industrialización, la democratización social y la emergente riqueza de las clases media y alta.

Hoffmann hizo arte moderno; Loos, cultura moderna

Mientras Hoffmann, que creía en la estética como impulso motor, interpretaba cualquier trabajo de arquitectura y el diseño como si se tratara de "proyectos artísticos", Loos, más inclinado a la idea socializante y emancipadora del diseño, veía el arte como un "espacio autónomo alejado de la fabricación de edificios y artículos de uso cotidiano para el hogar", señalan los organizadores. "Hoffmann intentó producir arte moderno, mientras Loos pretendía crear la cultura moderna", concluyen.

Ambos se aprovecharon, por supuesto, del ambiente artístico e intelectual de la cultura metropolitana de Viena, una ciudad abierta a las nuevas corrientes artísticas gracias a la secesión vienesa, cuando la entonces capital del Imperio Austrohúngaro era un manantial de talento, bienestar y de nuevos medios de expresión.

En este entorno, Hoffmann y Loos contribuyeron al auge modernista con obras de primer nivel que son consideradas hitos de la aqruitectura moderna. El primero diseñó en Bruelas el palacio Stoclet (1905-1911), una obra maestra del art nouveau con piezas pintadas especialmente para la decoración interior por  Gustav Klimt, y Loos viajó a los EE UU y regresó a Viena con una nueva imagen del diseño moderno basado en las superficies suaves, que aplicó en el famoso edificio Looshaus (1910-1911) en la Michaelerplatz de la ciudad. 

Obras de Klimt y Kokoschka

Wege der Moderne muestra en cinco apartados gran parte de los más emblemáticos diseños para interiores y de edificios y viviendas de los dos artistas de vidas casi paralelas aunque divergentes en la aplicación de sus teorías. También hay espacio para la presentación de precursores del modernismo como Otto Wagner (1841-1918), seguidores posteriores del movimiento, que ahora está "firmenente asentado" en la cultura cotidiana, y algunos cuadros de los dos grandes refentes plásticos de la época en Austria, Klimt y Oskar Kokoschka.

El montaje más espectacular de la exposición es la recreación con las piezas de mobiliario original de dos interiores: un domitorio diseñado por Hoffmann donde todos los objetos están organizados en un estricto sistemas de cuadrículas, y el dormitorio personal de Loos, en el que los elementos se ponen al serivicio de la intimidad del espacio.

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