El consejero de Justicia e Interior de la Junta de Andalucía, Emilio de Llera, ha manifestado este jueves que la dimisión de Eduardo Torres-Dulce como fiscal general del Estado responde a la situación de "incomodidad supina" que el mismo estaría atravesando, porque "no ha sido precisamente un fiscal general cómodo para el Gobierno del PP". En ese sentido, ha augurado que será "alguien dócil" quien ocupe ahora el puesto de fiscal general del Estado.

Como hemos informado, Eduardo Torres-Dulce ha decidido renunciar a su cargo como fiscal general del Estado "por razones personales". Torres-Dulce, recordémoslo, señaló en su última comparecencia ante el Congreso, que se celebró el pasado el pasado 26 de noviembre, que nunca fue un fiscal "proclive al Gobierno". Lo hizo en relación con la querella que pocos días antes, el 21 de ese mes, la Fiscalía presentó contra el presidente catalán, Artur Mas, su vicepresidenta, Joana Ortega, y su consellera Irene Rigau, a los que acusaba de desobediencia grave, prevaricación, usurpación de funciones y malversación por "sobreponer su visión partidista" a la suspensión del 9-N ordenada por el Tribunal Constitucional.

Ante la decisión de Torres-Dulce, el consejero andaluz de Justicia ha defendido que Eduardo Torres-Dulce "es un pedazo de fiscal como dios manda" y "no ha sido precisamente un fiscal general cómodo para el Gobierno del PP", pues "ha tratado de mantener a ultranza la independencia de los fiscales en su trabajo, sobre todo a raíz del problema de lo de Cataluña".

A su juicio, Torres-Dulce dimite "por motivos de incomodidad supina", porque "visto lo visto, probablemente se ha visto obligado a irse". "El que piense que motivos personales son que me duele la cabeza y por eso me voy, yo eso no me lo creo, no soy tan ingenuo", dice De Llera, quien augura que la plaza de fiscal general del Estado será entregada a "alguien dócil, seguro".