El pasado 28 de Noviembre, responsables del Parque Natural de Cabárceno dieron muerte a tiros a ocho de sus ejemplares de lobo adultos. El parque alega en un comunicado que el sacrificio de los animales se realizó con el objetivo de garantizar la viabilidad de esta especie y conseguir  la reproducción y pervivencia de la misma, siguiendo el criterio del facultativo encargado del departamento de carnívoros del parque.

Los responsables del parque añaden que en ningún caso se ha llevado a cabo ningún tipo de crueldad con los ejemplares ya que éstos fueron anestesiados antes de proceder a su sacrificio, evitando, así cualquier sufrimiento de los animales.

Añaden que el sacrificio responde a que la “población estaba siendo diezmada de forma natural”, ya que la incompatibilidad de los dos grupos de lobos que se alojaban juntos resultó en la muerte de al menos tres de los animales (dos lobeznos y un adulto) a raíz de ataques entre sí, y alega que el sacrificio de animales es una práctica habitual dentro de los parques y zoológicos  de todo el mundo.

El zoo argumenta que el problema estaba en el recinto donde estaban los animales, cuya superficie es de 5.230 metros cuadrados. El lugar presentaba problemas de operatividad y seguridad para el manejo de estos animales salvajes por lo que procedieron a trasladar de forma provisional a los adultos y criar a los cachorros a biberón.

No obstante, según la Coalición INFOZOOS el parque ha sacrificado a los animales por motivo de manejo. En la asociación destacan que  los lobeznos que siguen con vida parece ser que provienen de la misma camada y si se sigue permitiendo la reproducción entre los ejemplares supervivientes, existirán problemas genéticos y estos animales no tendrán ningún valor para posibles proyectos de conservación.

Alberto Díez, representante de Infozoos explica que “la cría en cautividad sin proyectos paralelos de reintroducción y un estricto control de la genética dudosamente pueden aportar a la conservación”.

Infozoos alega que no es la primera vez que en este parque suceden casos de este tipo. En los últimos años, cinco tigres han muerto atacados por otros en sus instalaciones. Asimismo, también se han dado casos de osos adultos que han atacado a crías.  La organización insiste en que los parques zoológicos deberían tener en consideración las estructuras sociales de los animales que alojan (si se trata de animales territoriales o no, o si en la naturaleza vivirían en manadas o en solitario) a la hora de diseñar sus instalaciones y controlar sus poblaciones.

La Coalición INFOZOOS no se sorprende de que este parque haya matado algunos de sus animales sanos por motivos de manejo. Según la Asociación Europea de Zoos y Acuarios (EAZA), que representa a 351 zoos europeos, cada año se sacrifican en sus centros entre 3.000 y 5.000 animales sanos. Si estas estadísticas se extrapolan a los aproximadamente 4.000 zoológicos que puede haber en Europa, el número de animales sanos sacrificados en los zoos asciende a decenas de miles.

Infozoos recuerda que la Ley 31/2003 de conservación de la fauna silvestre en los parques zoológicos establece (en el punto 4 c de su Artículo 13) como “infracción muy grave” el “dar muerte de manera intencionada a los animales del parque zoológicos o la eliminación de sus restos intencionadamente sin causa justificada”.

La estructura social de una manada de lobos (de 6 a 20 miembros) es extremadamente compleja y tiene un nivel muy estricto de jerarquía. El líder de la manada es el macho alfa y su pareja es la hembra beta: el apareamiento puede ocurrir con otros miembros de la manada, pero principalmente sólo lo harán entre ellos. Este tipo de estructura social ayuda a promover la unidad y el orden social en la manada y a reducir los conflictos y la probabilidad de conductas agresivas.