Lima encauza el acuerdo climático de 2015 pero deja muchos frentes abiertos

  • Los países tienen la obligación de presentar acciones contra el cambio climático.
  • Después de las contribuciones, la ONU analizará el impacto global de las acciones nacionales para determinar si son suficientes.
  • La cumbre deja abierta la fórmula jurídica que tendrá el futuro acuerdo.
Aprobación del documento denominado "La Lima Llamado a la Acción Climática", durante la sesión plenaria de la 20º Conferencia de Cambio Climático COP20 de la ONU
Aprobación del documento denominado "La Lima Llamado a la Acción Climática", durante la sesión plenaria de la 20º Conferencia de Cambio Climático COP20 de la ONU
EFE
Aprobación del documento denominado "La Lima Llamado a la Acción Climática", durante la sesión plenaria de la 20º Conferencia de Cambio Climático COP20 de la ONU

La Cumbre del Clima de Lima aprobó un documento que implica que, por primera vez en la historia de las negociaciones climáticas, todos los países deben presentar acciones para combatir el calentamiento, de manera que encauza un futuro acuerdo en París 2015, aunque deja muchos frentes abiertos.

Según el texto adoptado, "La llamada a la Acción de Lima", todos los países tienen que presentar a Naciones Unidas, antes del 1 de octubre de 2015, compromisos "cuantificables" de reducción de gases de efecto invernadero de una manera "clara, transparente y entendible por todos". Esos compromisos deben ser "ambiciosos" y "justos de acuerdo a las circunstancias nacionales", y han de ir acompañados de información detallada de las acciones qué va a desarrollar el país para que esa disminución de emisiones se cumpla.

También se "invita" a los países a que incluyan en sus compromisos cómo van a contribuir a financiar la adaptación a las sequías, subida del nivel del mar o pérdida de cosechas que acarreará el cambio climático; una fórmula lingüística elegante para tranquilizar a los países en desarrollo que se negaban a firmar nada que no hiciera referencia a la adaptación.

El otro gran avance del acuerdo de Lima, alcanzado in extremis en un intenso día de prórroga de las negociaciones, es que, tras la presentación de los compromisos, la ONU analizará el impacto global de esas contribuciones nacionales para determinar si son suficientes para que la temperatura del planeta no suba más de dos grados a finales de siglo, respecto a niveles preindustriales.

Tras la aprobación del acuerdo, el comisario europeo de Energía y Clima, el español Miguel Arias Cañete, valoró "la flexibidad" que han mostrado los cerca de 200 países reunidos en Lima para que estas negociaciones, que estuvieron bloqueadas hasta apenas dos horas antes de concluir, "salieran adelante". Arias Cañete consideró que esta flexibilidad envía una señal positiva para avanzar en los próximos doce meses, y adoptar un acuerdo global de lucha contra el cambio climático en la próxima cumbre, que se celebrará en París, en diciembre de 2015.

La mayoría de los líderes de las delegaciones nacionales declararon que "La llamada a la Acción de Lima" facilita "una estructura de trabajo para continuar trabajando en el acuerdo de Francia, como dijo el enviado de Cambio Climático de la Administración Obama, Todd Stern. "Han sido días muy intensos pero estamos satisfechos de haber podido alcanzar un texto, que es el mejor en estos momentos", declaró a EFE el secretario de Estado español de Medio Ambiente, Federico Ramos.

Pensando en París 2015

El texto contiene muchas referencias a los "elementos" que deberá contener ese futuro acuerdo de París, pero sin concretarlos, ya que en los trece días que ha durado la reunión quedó claro que, en Lima, el consenso iba ser imposible en torno a esos temas. Ese hecho, implica "que quedan muchos frentes abiertos y mucho trabajo por delante el próximo año" para que París sea un éxito, asegura Teresa Ribera, directora de uno de los principales lobbies climáticos europeos, el IDDRI.

Lima deja abierta, por ejemplo, la fórmula jurídica que tendrá el futuro acuerdo, aunque propone tres opciones: "protocolo", "instrumento legal" o "resultado acordado". Y habla de que deberá ser un pacto "equilibrado y de equidad", que contenga "responsabilidades comunes pero diferenciadas", pero no detalla cómo se va articular esa diferenciación.

Apela a desarrollar un mecanismo internacional para pérdidas y daños asociados con los impactos del cambio climático, y a implementar la financiación a la adaptación, pero no cuenta cómo ni presenta una hoja de ruta para alcanzar los 100.000 millones de dólares comprometidos por los países en esta última materia para 2020.

Tampoco aclara qué va a hacer la ONU si al contabilizar los compromisos de reducción que le presenten los países detecta que son insuficientes para que la temperatura global no supere esos dos grados, que podrían convertir el planeta en un lugar "inhabitable" según los científicos.

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