Condenado a seis meses de cárcel el dueño de Motorgoracing por vender a un cliente una moto que no era suya

El que fuera propietario de Motorgoracing S.L, Fernando Z.C, juzgado por vender una moto que finalmente no entregó al cliente pese a quedarse con los 9.400 euros entregados por éste, ha sido condenado a una pena de seis meses de prisión por un delito de apropiación indebida, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.

El que fuera propietario de Motorgoracing S.L, Fernando Z.C, juzgado por vender una moto que finalmente no entregó al cliente pese a quedarse con los 9.400 euros entregados por éste, ha sido condenado a una pena de seis meses de prisión por un delito de apropiación indebida, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.

En su fallo, la Audiencia de Valladolid, frente al año y tres meses de prisión solicitados por el fiscal, que calificó los hechos como una apropiación indebida, y los cuatro años pedidos por la acusación particular, que entendía que era una estafa agravada, ha resuelto finalmente imponer al vendedor de motos medio año de privación de libertad como autor del primero de ambos delitos junto con el pago de una indemnización de 9.250 euros en favor del cliente, con responsabilidad civil subsidiaria de Motogoracing S.L.

Durante el juicio, el ahora condenado reconoció la "deuda moral" y económica que aún mantiene con el denunciante pero alegó que en 2010 no pudo devolverle el dinero porque su esposa, que llevaba la administración de la empresa, vació en dos días la cuenta de la sociedad, si bien la sala entiende que tales movimientos contaron con el beneplácito del acusado, al menos de forma tácita, "por lo que el dinero redundó en su beneficio personal o familiar"

"Los 9.400 euros se ingresan en la cuenta del acusado siendo irrelevante el tiempo en el que dicho dinero permanece en ella, puesto que lo relevante es la posibilidad de disponer del mismo como ha ocurrido en el presente caso, por lo que el delito se ha consumado. Y la condena por dicho delito excluye la condena por estafa solicitada de forma subsidiaria por la acusación particular", concluye el tribunal.

El procesado explicó en la vista oral que a principios de enero acordó verbalmente con un cliente, Alberto C.Ll, la venta de una motocicleta Honda CBR 600 que tenía en depósito en su tienda y que en realidad era propiedad de una empresa madrileña.

Aunque recibió los 9.400 euros del precio estipulado, el vendedor relató que antes de entregarla era preciso primero limitar su potencia dado que el comprador era conductor nobel, de ahí que solicitara a Motos Barragán, establecimiento madrileño propietario del vehículo, un kit específico y la documentación correspondiente.

Sin embargo, Fernando Z. sostuvo que no llegó a recibir las piezas de Madrid ni la documentación y más tarde tampoco pudo devolver el dinero de la venta fallida por problemas de tesorería, ya que, como así denunció, su entonces esposa, de la que estaba en proceso de separación y llevaba la administración de Motorgoracing S.L, vació en poco más de dos días las cuentas de la sociedad con varios reintegros por importe superior a los 7.000 euros.

"sólo sé de tornillos y cambios de aceite"

"Entiendo que tengo la responsabilidad de devolver el dinero. Si he cometido un delito por no saber llevar una empresa y saber sólo de tornillos y de cambios de aceite, soy responsable", declaró el imputado, quien responsabilizó a su exesposa de todo lo ocurrido y de su actual situación, ya con su antiguo establecimiento cerrado, desahuciado de su casa y "embargado por todos los lados. ¡Mi mujer me ha arruinado la vida!".

La víctima, por su parte, indicó que tras desembolsar el dinero por la moto el imputado le aseguró que la entrega del vehículo se materializaría en unos tres días, el tiempo que tardaría en tramitar una papeles de emisión de gases, y sin embargo la misma se demoró y demoró hasta que finalmente se vio obligado a interponer la correspondiente denuncia.

"Me devolvió finalmente 150 euros", aseguró Alberto C.Ll, quien en 2010 contaba con 19 años, se acababa de sacar el carné y su máxima ilusión era la compra de aquella moto con el dinero que a lo largo de los últimos veranos había logrado ahorrar con trabajos esporádicos en la construcción y la vendimia.

Por su parte, el verdadero propietario de la motocicleta, el empresario madrileño Juan José Barragán, de Motos Barragán, reconoció que el procesado tenía en depósito varios vehículos de su propiedad e intervenía como intermediario en la venta de los mismos. Sin embargo, precisó que llamó personalmente a Fernando Z. para que se abstuviese de vender la Honda CBR 600 porque ya él había llegado a un acuerdo con un cliente extranjero.

El empresario tuvo finalmente que trasladarse a Valladolid a recoger su moto y otras de su propiedad expuestas en la nave de Motorgoracing ante los problemas para contactar con el acusado y dado que éste no terminaba de devolverle la Honda.

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