El voluntariado corporativo: principal vehículo para la integración laboral

  • En el Día Internacional del Voluntariado se conmemora la puesta en marcha de actividades que contribuyan al desarrollo económico y social.
  • El voluntariado corporativo surge a finales de los años 90 por la irrupción del concepto de Responsabilidad Social Empresarial.
  • El voluntariado profesional es una modalidad en la que los empleados potencian y forman a los discapacitados en el ambiente laboral.
Un trabajador discapacitado trabajando en taller.
Un trabajador discapacitado trabajando en taller.
EFE
Un trabajador discapacitado trabajando en taller.

Cada 5 de diciembre se celebra el Día Internacional del Voluntariado, una conmemoración decretada en 1985 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, cuyo objetivo es potenciar la puesta en marcha de actividades que contribuyan al desarrollo económico y social de nuestro entorno.

La modalidad de voluntariado corporativo es algo más moderna: surge a finales de los 90, en un contexto marcado  por las demandas crecientes de responsabilidad a las empresas y por la irrupción del concepto de Responsabilidad Social Empresarial. Desde entonces hasta ahora, el voluntariado corporativo (en empresas) no ha cesado de crecer, sobreviviendo a los envites de la crisis, incluso viéndose reforzado.

Fruto de su experiencia de más de una década en la implantación de voluntariados corporativos, la Fundación Adecco ha constatado que esta práctica ha adquirido importantes dimensiones en el seno de las compañías. Así, muchas de ellas han integrado esta iniciativa como parte de su estrategia empresarial y no como un hecho aislado o extraordinario.

Prioridad en la agenda de las empresas

Las organizaciones son cada vez más conscientes del potencial del voluntariado corporativo para sensibilizar a los entornos de trabajo, creando culturas proclives a la incorporación de personas con discapacidad en un corto o medio plazo. Dicho de otro modo, el voluntariado corporativo se ha convertido en la herramienta estrella para potenciar la diversidad, y en este caso concreto, la integración de personas con discapacidad. Ello se consigue a través de un doble efecto.

Por un lado, los participantes con discapacidad pueden salir de su rutina diaria y fomentar sus habilidades comunicativas y sociales, así como desarrollar destrezas y capacidades. Además, tienen la oportunidad de acercarse al mundo de la empresa y conocerlo más de cerca, lo que incrementa su seguridad y confianza a la hora de acceder al mercado laboral.

Por otro lado, los empleados voluntarios pueden conocer de cerca la discapacidad, empatizar y derribar falsos estereotipos. De este modo, se crean entornos laborales aptos y sensibilizados para la futura incorporación de trabajadores con discapacidad.

Hacia un voluntariado profesional

Desde hace algunos años venimos observando un peso cada vez mayor del voluntariado profesional, es decir, aquella modalidad en la que los empleados transfieren lo que mejor saben hacer a las personas con discapacidad, potenciando su integración y formándoles en aspectos concretos que incrementen sus posibilidades de incorporación en un determinado sector.

Por ejemplo, si los empleados son del sector bancario, pueden formar a las personas con discapacidad en alfabetización financiera, lectura de nóminas, sencillas gestiones bancarias etc. O si por el contrario son trabajadores que se dedican a labores administrativas, pueden transferir su know how en el manejo de Office y otras herramientas informáticas.

En 2014, la mayor parte de las acciones (39%) han sido de carácter profesional, seguidas de un 25% que han sido lúdicas; un 17% deportivas; un 13% medioambientales y un 6% terapéuticas

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