La contaminación de cobre en el agua aumenta la coloración roja de las gambas, según un estudio

  • Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales y la Universidad Nacional Autónoma de México han confirmado que los metales pesados incrementan la tonalidad roja.
  • "El color rojo, asociado a un mejor estado de salud en los animales, podría también estar indicando que han estado en contacto con metales pesados"
Homars, langostas y gambas, en un puesto en el mercado del pescado.
Homars, langostas y gambas, en un puesto en el mercado del pescado.
WIKIMEDIA COMMONS- DANIEL VILLAFRUELA
Homars, langostas y gambas, en un puesto en el mercado del pescado.

Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) han constatado que el cobre aumenta la coloración roja de las gambas.

La industria alimentaria elige los ejemplares con tonalidades más rojas ya que, al estar aparentemente más sanos, tienen mayor valor comercial, pero los resultados obtenidos en este estudio cuestionan esta práctica, advierte el citado museo. Los resultados de esta investigación se publican en la revista científica Plos One.

Las gambas poseen grandes cantidades de astaxanthina, un carotenoide con un alto poder antioxidante que les da su característico color rojo. Igual que la mayor parte de los animales, las gambas no pueden sintetizar los carotenoides y deben incorporarlos a través de la dieta.

Por lo tanto, un alto contenido en carotenoides indica el acceso a una buena dieta durante el crecimiento y el desarrollo de las gambas, lo cual se traduce en el color rojo que indica un buen estado de salud.

Sin embargo, este estudio del MNCN, basado en cálculos de química cuántica, ha mostrado que, en presencia de metales pesados, los carotenoides como la astaxantina aumentan su tonalidad roja.

Para Andrés Barbosa, investigador del museo, "esto significa que el color rojo, que en general está asociado a un mejor estado de salud en los animales, podría también estar indicando que han estado en contacto con metales pesados como el cobre".

En el estudio, los investigadores diseñaron un experimento para comprobar si el efecto teórico también se producía en vivo. Para ello, se expuso a un grupo de gambas (Litopenaeus vannamei) a agua a la que se había añadido cobre, en concreto, una concentración baja de cobre (1 miligramo por litro). Compararon este grupo con otro de control en el que no se aumentó la concentración de cobre en el agua.

"Los resultados del experimento indican que las gambas expuestas al cobre terminan teniendo un color rojo más intenso que las del grupo de control lo que confirma los cálculos teóricos previos", ha detallado Barbosa

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