Cena de gala en la Casa Blanca

  • 134 selectos invitados disfrutaron de la velada.
  • Laura Bush afirmó que tuvo que convencer a su marido para que aceptara ponerse el frac.
  • No se olvidó ni un detalle para recibir a la Reina Isabel II.

La Casa Blanca homenajeó e la noche del lunes a la reina Isabel II de Inglaterra por todo lo alto, al celebrar la primera cena de "gran gala" de la presidencia Bush a la que asistieron 134 selectos invitados.

El acto arrancó, como no podía ser menos, con puntualidad británica, tras la llegada a las 19:00 hora local (23.00 GMT), de Isabel II y su esposo, el príncipe Felipe, Duque de Edimburgo, a la residencia oficial estadounidense a bordo de una limusina negra.

El presidente de EE.UU., George W. Bush, y su esposa, Laura Bush, los recibieron a la entrada del salón en el que se celebró el convite flanqueados por la guardia de honor.

Atuendos de lujo

La primera dama eligió para la ocasión un vestido en tonos azules con una chaqueta-bolero con bordados brillantes, diseño de Oscar de la Renta, uno de sus modistos favoritos.

El inquilino de la Casa Blanca lucía un frac, el atuendo de máxima etiqueta masculino.

"Tuvimos que convencerlo un poco", comentó Laura Bush en una entrevista con la cadena de televisión ABC en referencia a los esfuerzos que realizaron ella y la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, para persuadir a Bush de que se enfundara el frac.

La jefa de la corona británica optó por un vestido blanco, que conjuntó con una tiara centenaria, un collar con tres filas de diamantes, y una banda azul de la orden de Garter, un símbolo de la formalidad del evento, según explicó a Efe un portavoz de Isabel II.

Los invitados

La cita contó con invitados como la ex primera dama Nancy Reagan, el secretario de Defensa, Robert Gates y Henry Kissinger, secretario de estado durante la presidencia de Richard Nixon (1969-1974).

Marta Domingo, esposa del tenor español Plácido Domingo y el famoso violinista Itzhak Perlman, encargado de amenizar la velada figuraban también en la exclusiva lista de asistentes.

El "invitado especial" fue Calvin Borel, el jinete que condujo al caballo "Street Sense" a la victoria este fin de semana en el Derby de Kentucky, al que asistió la reina, una forofa de la hípica.

La responsable de deleitar el paladar de los asistentes fue Cristeta Comerford, más conocida como "Cris", la "chef" que lleva las riendas de los fogones de la Casa Blanca.

El menú de cinco platos incluyó una sopa de guisantes al aroma de lavanda y mini pizzas con cebolletas y caviar americano.

A continuación se sirvió lenguado con almendras, con guarnición de alcachofas asadas, pimientos del piquillo y aceitunas, además de pierna de cordero con salsa de setas "chanterelle" y fricasé de verduras tiernas.

Los invitados degustaron a continuación ensalada de rúcula con mostaza y menta con un aliño de champán y un trío de quesos de la granja británicos.

El festín, regado con vinos californianos, culminó con postre y un vino espumoso.

La Casa Blanca quiso dejar claro, con el despliegue de medios, que llevó a pintar de nuevo varias salas de la residencia, a movilizar a siete floristas y a desempolvar candelabros y una antigua cubertería de un orfebre londinense, que el Reino Unido es un aliado como no hay otro.

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