La concentración parcelaria y modernización del regadío de Calahorra costaría a cada propietario 133 euros por hectárea

La concentración parcelaria y modernización del regadío propuesto en Calahorra costaría a cada propietario 133 euros por hectárea. Los regantes de la Presa de Los Molinos deberán decidir si están dispuestos o no a aceptar la doble propuesta de realizar una concentración parcelaria y reformar su regadío.

La concentración parcelaria y modernización del regadío propuesto en Calahorra costaría a cada propietario 133 euros por hectárea. Los regantes de la Presa de Los Molinos deberán decidir si están dispuestos o no a aceptar la doble propuesta de realizar una concentración parcelaria y reformar su regadío.

Las explicaciones y los números que les transmitieron en la tarde de este martes los técnicos de la Consejería de Agricultura y el propio consejero, Íñigo Nagore, fueron suficientemente reveladores y los casi 150 interesados que acudieron a escucharlos en la Sala de Caja Rioja Bankia, así como el resto de propietarios, deben ahora valorar si les interesa acometer esta gran modernización cuyo coste no superaría los 26 euros por fanega al año durante 23 años.

El proyecto de concentración parcelaría afectaría a 1.458 hectáreas con 2.472 parcelas pertenecientes a 678 propietarios en un terreno cuya irrigación ocupa más superficie aún y constituye una de las áreas agrícolas más extensas y de mayor producción de Calahorra.

En cifras, esta concentración costaría 5,4 millones de euros que costearía íntegramente el Gobierno de La Rioja con la única contrapartida de que los agricultores cedan un 4 por ciento de sus terrenos para caminos e infraestructuras comunes. También los documentos notariales que darían fe de la modificación de propiedades y superficies serán costeados por la administración regional.

Este tipo de propuestas suelen encontrarse en principio con la desconfianza de los propietarios, pero en este caso no pareció haber una oposición al proyecto por parte de los presentes a los que se les explicó con gran claridad cómo se haría la valoración y redistribución de los terrenos según su cantidad, calidad y cultivos existentes; con una encuesta a cada propietario sobre sus pretensiones y la participación, en una primera fase, de una comisión de seis agricultores que informarían y asesorarían sobre el terreno a los técnicos. Se elaborarán así unos mapas provisionales sujetos a alegaciones.

En la segunda fase sólo los técnicos se encargarían de la redistribución de tierras para garantizar que no hay medidas interesadas o que beneficien a alguno de los propietarios.

La concentración parcelaria se vería beneficiada en Calahorra por tratarse de una zona completamente llana y vendría a dotar al campo de grandes y buenos caminos, una red de regadío más racional y otras muchas ventajas.

Por otra parte, la modernización del regadío de la Presa de Los Molinos también cuenta con facilidades para su ejecución, pues los regantes disponen del Embalse de Perdiguero, con lo que se ahorrarían la construcción de un depósito de agua y, por su situación elevada con respecto a la zona agrícola, se evitarían tener que instalar motobombas de impulsión.

Esta modernización tendría un coste variable: si se realiza previamente la concentración parcelaria se abarataría más de 3.490.000 euros, siendo la cifra final de unos 12 millones de euros. Concretamente serían 11.382.825 euros más el proyecto y la dirección de obras estimados en 632.675 euros.

La Consejería aportaría el 75 por ciento de esta cantidad y el resto podría financiarse con un préstamo a 25 años, con dos de carencia, de manera que los regantes pagarían unos 133 euros al año por hectárea, o lo que es lo mismo, 26 euros por fanega y año. También podría intervenir el organismo estatal SEIASA que financiaría el 50 por ciento de las obras.

Con todas estas razones, Íñigo Nagore se dirigió a los regantes diciéndoles que "tendríais que darnos muy buenas razones para que acometiéramos las obras del regadío sin hacer la concentración parcelaria" y se intuyó en sus palabras que las ayudas de su departamento a la modernización de los sistemas de irrigación están vinculadas a la realización simultánea de la concentración parcelaria.

Objetivamente, esto es "prácticamente un regalo" en opinión de algunos agricultores. El presidente de la Comunidad General de Regadíos de Calahorra recuerda sin embargo que la decisión final está en manos de los propietarios a los que por su edad o situación podría no interesarles; pero no pasó por alto que "este es un paso imprescindible para hacer el campo calagurritano mucho más competitivo".

Legalmente la concentración parcelaria podría hacerse con el voto favorable de un 51 por ciento de los propietarios o con la aprobación de propietarios cuyas parcelas ocupen las tres cuartas partes de la superficie agrícola, pero tanto la Consejería de Agricultura como la Comunidad de Regantes desean que el acuerdo se tome por amplísima mayoría para que no se originen conflictos.

El proceso completo de concentración y modernización del regadío costaría tres años desde el inicio de los trámites con la aprobación de los propietarios y visto bueno del Ayuntamiento acordado en Pleno.

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