«Así que si busca piso, ya sabe dónde», recomienda la historiadora Ana Julia Gómez. El consejo lo da tras describir las casas de Santa Ana en Bilbao. Un barrio que nació en 1932 del sudor de 48 obreros, que se inspiró en el Socialismo Utópico, que tiene viviendas de dos pisos con jardincito, y que ahora deshoja la margarita: El nuevo acceso a Bilbao de la A-8 por Basurto se cargará varias casas. ¿Cuántas? No se sabe.

Y si le digo: ‘Vamos, vamos, es sólo un barrio...’

Es más que un barrio. Las casas de Santa Ana son uno de los edificios más emblemáticos de Bilbao. La imagen de la ciudad industrial. Además, subyace una forma de vida.

¿Ah, sí?

Sí. Fue construido en 1932, gracias a la Ley de Casas Baratas. 48 obreros de Euskalduna, el Hospital de Basurto y las imprentas hicieron una cooperativa y levantaron un barrio nuevo y dignísimo. Tras la fábrica, fichaban en la obra. Resultado: casas con dos plantas, salón, jardincito y retrete, una rareza en 1932. Y aprovecharon el revuelo entre Primo de Rivera y la República para hacerse unos sótanos que no permitía la ley.

Como burguesitos...

Es que Bilbao sacaba pecho con eso. Decían a los que venían de fuera: ‘Miren, aquí hasta los obreros viven bien’.

¿Y lo de la forma de vida?

Se inspiraron en el Socialismo Utópico, aquella doctrina política de vivir en comunidad, con trabajo para todos, su escuelita, sus tiendas...

Pero eso ya pasó...

No se crea. Conozco vecinos nuevos que llevan a las señoras del brazo al hospital.

¿Su solución?

Lo ideal, salvar el barrio. Si no, que dejen alguna casita. Bilbao tenía 21 urbanizaciones de casas baratas, y ya hemos perdido media docena.