Forenses declaran que tres de las 7 puñaladas que recibió Miriam Tamayo afectaron a órganos vitales

En la segunda sesión del juicio en Jerez de la Frontera (Cádiz) por el crimen de la jerezana Miriam Tamayo, supuestamente a manos de su expareja, los forenses que practicaron la autopsia han declarado ante el tribunal que el acusado la habría acuchillado "de frente" y tuvo que emplear "cierta fuerza y energía", afectando tres de las siete puñaladas que recibió a sus órganos vitales, concretamente al hígado y al corazón.

En la segunda sesión del juicio en Jerez de la Frontera (Cádiz) por el crimen de la jerezana Miriam Tamayo, supuestamente a manos de su expareja, los forenses que practicaron la autopsia han declarado ante el tribunal que el acusado la habría acuchillado "de frente" y tuvo que emplear "cierta fuerza y energía", afectando tres de las siete puñaladas que recibió a sus órganos vitales, concretamente al hígado y al corazón.

Este martes han testificado en el juicio que se celebra en la Sección Octava de la Audiencia Provincial de Cádiz el perito que asistió al levantamiento del cadáver y los que realizaron la autopsia.

Según han indicado, la víctima presentaba hemorragias internas y externas, siendo una de las heridas "mortal de necesidad", concretamente la que le atravesó el corazón y provocó el desvanecimiento de la joven.

En este sentido, el perito que se desplazó al lugar de los hechos ha indicado que cuando llegó el 061 para realizar las maniobras de reanimación la joven ya estaba "en parada cardíaca", certificándose su muerte a las 14,37 horas.

Según el estudio detallado de las lesiones al que se han remitido los peritos en la sala, las heridas que tenía la fallecida eran "limpias" e "incisas" al proceder de un arma blanca, dos eran "defensivas" y estaban localizadas en el antebrazo derecho. El resto afectaban al tórax, el abdomen y a la región axilar.

Según los forenses, el que el imputado la sujetara en un momento dado por el brazo izquierdo, como apuntaron los testigos, explicaría la ausencia de lesiones en la espalda, "ya que ella no podía darse la vuelta".

Examen toxicológico

En la vista también han declarado los dos peritos que realizaron un examen psiquiátrico forense al acusado en el centro penitenciario en agosto de 2013, además de un análisis capilar para determinar el consumo de drogas, que determinó que en el caso del procesado había sido "leve" en cuanto a cocaína y alcohol en los últimos tres meses y medio previos al día de los hechos.

Dicho estudio descartó también que el imputado hubiera tomado en el tiempo reseñado "heroína y metadona", como aseguró este lunes al tribunal, al dar las pruebas "negativo". También contradice que el procesado tuviera una dependencia a las drogas y fuera consumidor habitual.

Los peritos que realizaron el examen psiquiátrico también han apuntado que el acusado presenta un "trastorno disocial", "al no asumir sus responsabilidades", pero han precisado que esta alteración "no es patológica" y, por tanto, "no le condiciona ni motiva su acción".

También ha comparecido la médico del centro de atención primaria que atendió al acusado el día de los hechos antes de ser trasladado a los calabozos de la Comisaría. Ha indicado que éste "no presentaba lesiones físicas" y su estado era "normal", sin mostrar síntomas de abstinencia ni de ir bebido o drogado, como él mismo declaró en la sesión anterior.

Este martes también han declarado los dos trabajadores del centro de diálisis junto al que ocurrieron los hechos, que salieron al exterior al escuchar el "jaleo" y los "gritos" de Miriam, quien les llegó a decir "muchachos, ayudadme, ayudadme".

"todo fue muy rápido"

Los dos han detallado al tribunal que todo fue "muy rápido" y duró "entre cinco y diez segundos", siendo este el intervalo en el que vieron al imputado "tirando de ella", intentando llevársela "de la avenida" a una zona peatonal situada "detrás de los bloques" mientras la víctima "se resistía" y era atacada.

En este sentido, han explicado que fue en el instante en el que Miriam les pidió ayuda y ellos recriminaron su actitud al acusado cuando se percataron de que "la estaba apuñalando", emprendiendo acto seguido la huída el agresor.

En ese momento, la joven quedó en el suelo y ellos iniciaron una persecución del agresor, de la que desistieron al ver que era "imposible alcanzarle", volviendo a auxiliar a la joven. Cuando volvieron, había una vecina de la víctima "muy nerviosa" rodeando a la joven junto a una médica y enfermeras del centro de diálisis atendiéndola.

Asimismo, han explicado que, aunque estaban "centrados en la muchacha", se percataron en un momento dado de que el presunto agresor regresó y se mostraba "normal" presenciando los intentos de reanimación de Miriam, llegando en ese momento la Policía.

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