Lo que en teoría debía de ser un tranquilo despertar de domingo de finales de otoño en Madrid se convirtió en toda una experiencia inolvidable para los vecinos de la zona de Madrid Río, donde una batalla campal entre ultras de al menos cuatro equipos de fútbol se saldó con la muerte de uno de ellos. Juanjo es un vecino de la zona, que ha relatado a 20minutos cómo vivió, en primera persona, este suceso.

"El ruido nos sacó de la cama, era antes de las nueve de la mañana", explica este joven. "Nos asomamos y vimos que venía mucha gente por el puente de Andorra y empezaron a pegarse justo debajo de mi casa. Vi a un chaval arrinconado por otros tres o cuatro, que le pegaban con barras de hierro. Fue tremendo, como si fuera una película", añade.

Juanjo dice que en los primeros momentos de la pelea había pocos efectivos policiales en la zona: "Había sólo tres o cuatro, no podían hacer nada". Este vecino asegura que la pelea empezó a calmarse cuando uno de los implicados, presumiblemente el fallecido, cayó al Manzanares: "Se pararon, se asomaron y alguien bajó a rescatarlo. Fue como si se hubieran dado todos cuenta de que se les había ido de las manos". En ese momento, además, se incrementó la presencia policial: "Empezaron a llegar 'lecheras' y la cosa se calmó".

Este testigo afirma que ninguno de los implicados llevaba nada que los identificara como hinchas de ningún equipo de fútbol, ni bufandas, ni banderas, ni camisetas: "Vestían todos muy parecido, con ropa negra, chándal, con capucha. Se habrían podido hasta confundir entre ellos", dice Juanjo, que añade que tampoco se les podía identificar con ninguna tribu urbana, como skins o punks.

El vecino dice que no vio armas blancas pero sí barras, "muy ligeras por cómo las manejaban, pero metálicas por el ruido que hacían cuando caían al suelo, porque también se las lanzaban". Además, volaron sillas y cristales, lo que provocó un enorme ruido que obligó a levantarse a todo el vecindario. La Policía ha solicitado precisamente a los testigos todos los vídeos que hubieran podido grabar durante los disturbios.

El dueño de un restaurante de la zona relató a la agencia ATLAS cómo los participantes en la reyerta "se han llevado sillas, mesas, de todo, han aparecido tiradas". En otro local, un camarero explicaba que "la Policía no podía con ellos". Un compañero suyo que estaba en el bar optó por encerrarse hasta que pasara todo. Aún así, se llevó un puñetazo.

Un vecino dice que "cada grupo sería de unas 80 ó 90 personas, era numerosísimo". "Ha sido horrible", decía otra vecina, mientras otro relataba cómo a uno "le han dado una paliza entre ocho o nueve y luego lo han cogido y lo han tirado al río y ese yo creo que ha sido el que ha fallecido".