Nicolas Sarkozy ha sido elegido el sexto presindente de la V República Francesa. Los cien primeros días serán clave para ir cumpliendo las promesas realizadas durante la campaña.

Sarkozy formará en breve un nuevo gobierno a su medida, hasta que en junio, tras las elecciones legislativas, tengan que dar respuesta a las nuevas mayorías en la Asamblea Nacional.

En cuanto a Europa, Sarkozy es partidario de un tratado simplificado en lugar de una Constitución; el nuevo presidente francés se ha mostrado claramente en contra a la entrada de Turquía en la Unión.

Mano dura

La seguridad será clave dentro de la presidencia de Sarkozy que ha prometido mano dura contra la delincuencia. La modificación de las leyes de 1945 para rebajar la mayoría penal de los 18 a los 16 años y le endurecimineto de las penas para los reincidentes son las dos medidas más destacadas en materia de seguridad. La

Para articular todas estas medidas ha prometido crear un ministerio de la Inmigración y la Identidad Nacional.

Economía y Educación

Pero la economía es uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta el nuevo presidente francés, que ha prometido recuperar el poder adquisitivo de los franceses, obligando a pagar las horas extras, rebajando los impuestos o eliminando otros como el de sucesiones para el 80 % de los casos.

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Si la economía es un desafío, la educación puede ser un serio quebradero de cabeza: Sarkozy ha asegurado que quiere reformar las leyes que afectan a la universidad, una institutición siempre contestaria en Francia.

Un nuevo gobierno

Para cumplir estas promesas, Sarkozy prepara ya su gobierno, con François Fillion, antiguo ministro de Asuntos Sociales y Educación, como probable primer ministro.

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Pero todo se puede ir al traste dependiendo de las elecciones legislativas de junio. Una victoria socialista obligaría al presidente Sarkozy a nombrar un primer ministro socialista y Francia entraría en un periodo de cohabitación.