El Juzgado de Instrucción número tres de Sevilla ha acogido este jueves la declaración como imputado de Juan Carlos Baquero Úbeda,

responsable de aguas de la compañía 'Cobre las Cruces', que explota la mayor mina a cielo abierto de Europa en suelos de Gerena, Guillena y Salteras. Su comparecencia responde a una denuncia de la Fiscalía por la presunta "sobreexplotación" del acuífero Gerena-Posadas, para las actividades mineras.

La denuncia de la Fiscalía, formalizada el 15 de abril de 2014 y recogida por Europa Press, deriva de las acciones de Ecologistas en Acción sobre el "abuso y sobreexplotación de las aguas subterráneas" del acuífero Gerena-Posadas, sobre el cual la empresa tiene autorizada la detracción de un máximo de 1,8 millones de metros cúbicos de agua cada año. No obstante, señala la Fiscalía que "el sistema de la mina tiene un desequilibrio ya afectado antes de comenzar la actividad minera, hasta el punto de que se propuso como acuífero sobreexplotado y en mal estado cuantitativo".

Aunque la Fiscalía explica que merced a la documentación aportada por Ecologistas en Acción "no ha podido determinarse que los excesos en las detracciones" hayan causado "la disminución relevante para el medio natural o el abastecimiento de caudales", sí menciona que "entre el 15 de noviembre de 2010 y el 15 de enero de 2011, la diferencia abusivamente extraída superó los 321.000 metros cúbicos; el siguiente trimestre más de 23.000; el siguiente supera los 56.000 metros cúbicos; más de 58.000 el siguiente trimestre; 63.000 y 63.000 en los dos siguientes", de tal manera que sólo en un año, el exceso de extracciones fue de "285.077" metros cúbicos de agua.

Mientras la Fiscalía detecta un presunto "delito continuado de daños en bienes de dominio público, extremo elevado a los juzgados con la consecuente imputación de Juan Carlos Baquero Úbeda,

responsable de aguas de la mina Cobre Las Cruces, fuentes del caso han informado a Europa Press de que éste ha prestado este jueves declaración como imputado, negando "daño" alguno al acuífero y defendiendo que el sistema de drenaje y reinyección de aguas que regula la relación de la mina con el acuífero arroja un "superávit" del 68 por ciento de la cantidad de agua inyectada en relación a la detraída.