Una de las grandes damas de la novela negra, la británica Phyllis Dorothy James, más conocida como P. D. James, ha muerto a los 94 años en Oxford, la ciudad en la que nació en 1920. Escritora tardía: empezó a publicar en 1962, Cubridle el rostro, llego a firmar hasta 20 obras. Y la mayoría con muy buena fortuna: tanta que, además de vender millones en el mundo entero, muchas han sido adaptados a la televisión y al cine, lo que contribuyó a la popularidad de la autora.

Ya en aquella primera obra el protagonista era el que sería un referente en el género, el inspector Adam Dalgliesh. El último que firmó fue sin embargo para la escritora que más admiraba: Jane Austen. Con La muerte llega a Pemberley llevaba a cabo una versión en clave criminal de Orgullo y prejuicio.

Antes de publicar aquella primera novela P. D. James ya sabía algo de lo que escribiría por su ocupación previa: trabajó en el departamento de policía, en los servicios forenses del Ministerio del Interior. Hasta que un día decidió que aquello no podía seguir postergando su vocación, y aún más: no permitiría que ninguno de los obstáculos y dramas personales se llevaran la trama de su primera novela. Así fue como se decantó por escribir una novela de crímenes.

"Me gustaba leerlas, amo su estructura con principio, nudo y desenlace", comentó la propia escritora sobre su decisión por cultivar este género,  "creo que encierran algo verdadero sobre los seres humanos y sobre la sociedad en la que viven. Son novelas que ayudan a comprender el mundo, que ponen orden donde hay desorden".

Hija de un funcionario contó en repetidas ocasiones que aunque publicó tarde, en momento alguno desde que era niña había desaparecido de su mente el verdadero objetivo: ser escritora.

James, que se había casado muy joven: a los 20 años con un médico que tras su participación en la II Guerra Mundial quedó 'tocado ' de por vida y con quien tuvo dos hijos, se vio obligada a ocuparse de todo en casa y trabajar fuera. Durante aquella época no dejó de escribir, al contrario: así huía de la rutina.

Un impulso criminal (1963), Muertes poco naturales (1967), Mortaja para un ruiseñor(1971), Muerte de un forense (1977) e Intrigas y deseos (1989) forman parte de la serie de novelas negras protagonizadas por su inspector estrella, Dalgliesh, y el que más fama le reportó dentro y sobre todo fuera de su país.  La torre negra (1975), Sangre inocente (1980) o Sabor a muerte (1986) también fueron obras muy populares de la escritora.

Hasta el final la literatura fue su vida. De hecho, hace un año contaba en entrevista a la BBC que estaba escribiendo una historia de detectives y que era muy importante acabarla, escribir una más.  "A medida que te haces más mayor escribir se vuelve más complicado, ya que la inspiración tarda más en llegar. Sin embargo, el hecho de ser novelista hace que tengas que seguir escribiendo", contó entonces la autora.

La editorial en la que siempre publicó, fue fiel desde aquella primera obra en 1962, no ha tardado en expresar un pesar por el fallecimiento de la escritora y hacer un breve pero expresivo retrato: "Fue una persona excepcional en todos los aspectos, una inspiración y una muy buena amiga para todos nosotros. Para Faber & Faber ha sido un privilegio poder publicar sus libros".

El también escritor de novela negra Ian Rankin ha sido de los primeros en rendir homenaje a P.D. James a través de Twitter:  "Estoy muy triste por la muerte de P.D.James. Cada evento en el que tuve la suerte de estar con ella era una alegría. Tenía un intelecto afilado y mente ágil".