Cinco productos de limpieza del hogar que nos conviene evitar por salud y medio ambiente

  • Algunos limpiadores son imprescindibles o casi, pero otros se pueden evitar.
  • La OCU recomienda no usar limpiadores para WC, limpiahornos, desatascadores químicos, desinfectantes, antibacterias y ambientadores.
  • Mejor un limpiador general y las viejas prácticas de toda la vida.
Empleada del hogar limpiando la casa
Empleada del hogar limpiando la casa
Gtres
Empleada del hogar limpiando la casa

El hogar es un foco de sustancias tóxicas. Más de cien mil sustancias tóxicas se encuentran en los productos de limpieza, alimentación o higiene presentes en los hogares españoles, según la Fundación Vivo Sano. Muchos de esos limpiadores, quitagrasas, desincrustantes, o suavizantes pueden ser perjudiciales para nuestra salud y para el medio ambiente.

Los hay de todo tipo. Para limpiar el horno, el baño, el parquet, los azulejos, los cristales y las superficies delicadas… Raro es el hogar que no tiene un armario bien repleto de todos ellos. Algunos son imprescindibles, o casi, pero -como recuerda la OCU– otros sí se podrían evitar. Estos son los cinco peores, según la Organización de Consumidores y Usuarios.

Limpiadores para WC

Los productos para el inodoro son más agresivos que los limpiabaños, suelen contener ácidos. Los que vienen en bloque añaden contaminantes al agua (sus principios activos van directos al desagüe), y son claramente peligrosos para los niños, que pueden tocarlos y llevarse las manos a la boca, o incluso ingerirlos atraídos por sus colores. Además, según estudios de la OCU, no son especialmente eficaces.

Limpiahornos

Son corrosivos. Suelen contener sosa cáustica, por lo que hay que ser cuidadosos y seguir a rajatabla las instrucciones de seguridad. Son bastante eficaces, pero no imprescindibles. Para no recurrir a estos productos, mejor limpiar siempre el horno después de usarlo y antes de que se enfríe por completo evita la suciedad incrustada y requemada.

Desatascadores químicos

Por las sustancias corrosivas que contienen, normalmente sosa, son eficaces, pero muy agresivos para el organismo humano y para el medio ambiente. Hay alternativas más inocuas. De entrada, la prevención –evitando que vayan a parar a cañerías y desagües los objetos que podrían causar un atasco–, así como instalar válvulas de desagüe que sean desmontables. Si el atasco ya se ha producido, los sistemas mecánicos, desde la tradicional ventosa, el aire comprimido o el alambre desatascador–, con cuidado, claro, de no dañar las tuberías de desagüe.

Desinfectantes y antibacterias

Son inútiles, y para muchos, contraproducentes, al crear un ambiente de asepsia poco realista y contribuir a la creación de resistencias bacterianas. Y además, slas sustancias permanecen en el agua de desagüe y resultan peligrosos para la flora y la fauna. No es necesario recurrir a estos productos para limpiar: basta detergente… pero no hace falta que lleve un desinfectante: el detergente es capaz por si solo de arrastrar los microorganismos.

Ambientadores

Estos productos contienen disolventes que son potencialmente nocivos para la salud, pues pueden provocar o empeorar el asma, bronquitos, migrañas… sobre todo en sujetos sensibles. La alternativa es ventilar bien y airear las habitaciones.

Viejos y nuevos trucos

Si se trata de productos de limpieza, menos es sinónimo de mejor. Es aconsejable disponer siempre de un producto multiusos, uno de esos famosos “limpiadores generales” productos pensados para quitar la suciedad de la mayoría de las superficies.

Eso y las viejas prácticas de limpieza. Desde recurrir al jabón de toda la vida, usar dos cubos (uno con agua con detergente y otro con agua limpia para aclarar), pasar bayetas de microfibras sin detergente para eliminar restos de una superficie por lo demás limpia son buenas maneras de evitar productos agresivos. Y para algunos usos concretos, hay alternativas, como el vinagre de limpieza, el agua oxigenada, limón o bicarbonato.

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