Con motivo del Día Internacional de Lucha contra la Violencia de Género, el 25 de noviembre, la Fundación para la Convivencia Aspacia lanza la campaña La Línea, dirigida a desmontar los mitos sobre violencia sexual que consolidan la falta de toma de conciencia de la sociedad frente a una de las formas más extremas de violencia de género.

La fundación alerta sobre la falta de datos estadísticos, pero los especialistas con los que trabaja aseguran que solo se denuncia el 15% de las agresiones, unas 1.200 al año. O como dice su campaña, una cada siete horas. Estos son los mitos:

Mito 1. La línea que nos deja claro cuando hay una agresión sexual es porque hay violencia física y penetración. Para que se considere que ha existido violencia sexual tiene que haber uso de la fuerza. Si la mujer no intenta resistirse no es una violación.

Aspacia denuncia que es falso, porque "la mayoría de los episodios de violencia sexual no implican el uso de la fuerza. La violencia sexual es cualquier situación con contenido sexual en que la víctima se vea envuelta y no se respete ni su voluntad, ni sus deseos. Cualquier práctica que haga sentir culpable a una víctima, con o sin uso de la fuerza, sin necesidad de que exista penetración, como los besos, las caricias, la difusión de fotos íntimas, es una agresión sexual y por tanto un delito".

Mito 2. Todo el mundo sabe que muchas tías dicen no cuando en realidad quieren decir sí. Si un tío te gusta, le pones a cien y te enrollas con él, no puedes cortarle el rollo de repente.

Aspacia denuncia que es falso, porque "la realidad es que sólo sí quiere decir sí. Todo el mundo puede cambiar de opinión, cada cual decide sobre la marcha hasta dónde puede llegar. Si alguien te dice de repente que ya no quiere seguir adelante, debes respetar su decisión. Da igual que acabes de conocerlo o sea tu pareja de toda la vida. Si te niegas a creerla porque tu deseo es el que manda, no te engañes, estás pisoteando sus derechos".

Mito 3. No puedes salir por ahí a beber o a drogarte con cualquiera y luego sorprenderte porque te pase algo malo. Si te vistes provocativamente, es que algo andas buscando, así que en cierto modo eres también culpable de lo que te pueda pasar.

Aspacia denuncia que es falso, ya que "el único culpable de una agresión sexual es quien comete la agresión. Que una mujer o una chica disfrute de la libertad de vestirse y de divertirse cómo y con quién quiera, no le da derecho a nadie a aprovecharse de ella".

Mito 4. Los violadores son gente chunga, al margen de la sociedad, pervertidos, depredadores sexuales, locos peligrosos.

Aspacia denuncia que es falso, porque "aproximadamente el 80% de las agresiones sexuales se producen en el entorno más cercano: amigos, familiares, compañeros de trabajo, rollos de una noche, parejas y exparejas. Nuestra experiencia nos indica que en la mayoría de las agresiones sexuales, las víctimas, mujeres, chicas, niños o niñas, conocen al agresor o agresores sexuales.  La realidad es que la gran mayoría se suceden en los propios hogares, lugares de trabajo, espacios de ocio o centros educativos. La única característica que diferencia al agresor sexual es el control y el ejercicio del poder. Nada tiene que ver con el estatus social, educativo, económica y laboral. Por ello, la violencia sexual es también una forma de violencia machista".

Mito 5. Hay muchas denuncias falsas, lo dicen hasta algunos políticos. De hecho las mujeres denuncian por despecho o por venganza.

Aspacia también denuncia que es falso, ya que "pese a la polémica que siempre suscita este tema, las cifras oficiales desmontan este mito. Sólo en violencia de género el 0,005%  de denuncias son falsas según el CGPJ (2013). En violencia sexual, la experiencia de Aspacia y de organizaciones como Naciones Unidas refleja, sin duda, que las supervivientes en la mayoría de los casos no denuncian por vergüenza o por sentirse culpables o cuestionadas. Alguna ni hablan de ello".