Un IRPF al 94%... en EE UU

  • La época dorada del capitalismo estadounidense, cuando el país pasó a dominar la escena mundial, se sustentó en unos altísimos impuestos que llegaron a suponer el 94% de los ingresos.
  • Obama lo ha subido al 35% lo que hace patente que en EEUU no hay un sistema fiscal realmente progresivo.
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Enormes obras públicas pudieron ejecutarse en EE UU gracias a las altas tasas.
Enormes obras públicas pudieron ejecutarse en  EE UU gracias a las altas tasas.
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Enormes obras públicas pudieron ejecutarse en EE UU gracias a las altas tasas.

Más de 30 años de ideología y propaganda neoliberal hegemonizando Occidente han hecho creer a muchos ciudadanos que los impuestos son un invento del diablo de la izquierda. Pero no es así. Aunque hoy pueda parecer mentira, hubo un tiempo, no demasiado lejano, en el que subir impuestos -incluso mucho- era un gesto "de derechas", netamente capitalista. Las nuevas generaciones deben saber que en Estados Unidos, país exportador hoy de ideología neoliberal, hubo una época, dorada, en la que se acometieron enormes proyectos -sociales, de infraestructuras, educativos, de cooperación internacional, etc.-, gracias a los cuales el país logró subir los últimos peldaños de su poder. Y fueron realizados gracias a impuestos que gravaron, especialmente, los ingresos de los más ricos. Hagamos un repaso de los últimos 100 años.

Al inicio del siglo xx, las tasas del Impuesto sobre la Renta en EE UU eran bajísimas. Para 1913, la tasa máxima era del 7%, y solo para ingresos por encima de 500.000 dólares (11 millones de 2013). EE UU era un chollo. Pero eso duró poco. En 1918, Woodrow Wilson elevó esa tasa máxima, de golpe, al 77%, aunque el umbral de ingresos para pagarlos aumentó a un millón de dólares (15 millones de 2013).

Este nivel no duró mucho. En 1922, William Harding redujo el tipo máximo hasta el 58%. En 1924, Calvin Coolidge lo redujo aún más (al 46%), y al año siguiente, 1925, volvió a bajarlo al 25%. Nunca ha vuelto a estar tan bajo.

Hoover aumenta la tasa

En 1932, el presidente Hoover cambia la tendencia y aumenta la tasa máxima sobre ingresos al 63%. Pero será su sucesor, Franklin D. Roosevelt, quien, a lo largo de los 12 años de su mandato (1933-1945) llevará esa tasa a su máximo histórico: un 94%, aplicado a los ingresos por encima de los 200.000 dólares de entonces (2.600.000 dólares de 2013). Era el año 1944, y el Impuesto sobre la Renta se estructuraba en 24 tramos, a partir de un 23%. El sistema fiscal era francamente progresivo.

Durante casi 20 años, la tasa que tenían que pagar las grandes fortunas estadounidenses, a partir de 400.000 dólares, nunca bajó del 90%... ¡el 90%! Los presidentes del país capitalista más rico del mundo entendían que los impuestos debían ser progresivos y que los más adinerados debían pagar más. Fueron los años dorados del crecimiento económico y sociocultural de EE UU. Tras Roosevelt (94%), llegó Harry Truman, que bajó el índice máximo hasta el 91%. Dwigth Eisenhower, un republicano, no solo mantuvo esa tendencia durante los ocho años de su mandato, sino que en 1952 y 1953 la elevó hasta el 92%, para ingresos superiores a 200.000 dólares de la época (1.700.000 de 2013). Los primeros 2.000 dólares tributaban a un 22% y había 24 tramos diferentes.

Johnson cambia la tendencia en 1963

Kennedy no tocó esa tasa máxima del impuesto en los años que gobernó. A pesar de pertenecer a una familia muy rica, no varió un ápice la tendencia fiscal progresista que heredó de Eisenhower. El Impuesto de la Renta se moduló en 24 tramos, con tasas entre el 20 y el 91%. Esta última gravaba los ingresos superiores a 400.000 dólares de la época (3.000.000 de hoy).

Fue su sucesor, Johnson, el primero que cambió de nuevo la tendencia, en 1963, y la redujo de golpe 20 puntos, hasta el 70%. Ahí se mantuvo, con escasas excepciones, durante los siguientes 18 años. Los presidentes Nixon, Ford y Carter únicamente variaron el umbral a partir del cual se aplicaban estas tasas, que bajó desde 400.000 hasta 200.000 dólares de la época.

Con Ronald Reagan llegan al poder los ideólogos neoliberales, hijos de Hayek y Fridman y ‘enemigos’ del Estado. Su consigna es que los impuestos son "confiscatorios" y por eso hay que bajarlos. La tasa marginal máxima cae más de 40 puntos entre 1981 y 1989, y dejan únicamente dos tramos: hasta 30.000 dólares, al 15%; y a partir de 30.000, al 28%. Los Chicago Boys están exultantes.

Desde los años 90 hasta hoy, demócratas y republicanos han mantenido una política fiscal similar. El 28% de finales de los 80 ha subido hasta situarse en un 39,6% de tasa máxima (lo subió Clinton, lo bajó Bush hijo al 35% y lo ha vuelto a subir Obama). Y así está hoy. En EE UU no hay un sistema fiscal realmente progresivo en la actualidad, y para mantener su nivel de crecimiento han tenido que endeudarse hasta los 17 billones de dólares, deuda que sigue subiendo. Un auténtico peligro para la economía mundial.

Presidentes que cambiaron la tendencia fiscal y tasa máxima en su mandato

  • Woodrow Wilson (1913-1921): 77%.
  • Calvin Coolidge (1923-29): 25%.
  • Franklin D. Roosevelt (33-45): 94%.
  • Dwight Eisenhower (53-61): 91%.
  • Lyndon Johnson (1963-69): 70%.
  • Ronald Reagan (1981-89): 28%.
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