Mónica, que así se llama la niña, estaba envuelta en unos papeles. La vecina que la encontró llamó rápidamente a los Mossos d’Esquadra que trasladaron al bebé al hospital de Can Ruti para hacerle un reconocimiento médico. Durante la mañana una llamada anónima, que resultó ser falsa, informó a la Policía de que el bebé había sido entregado en un ambulatorio de Mataró.

Exceso de confianza

La niña desapareció el martes, a las siete y media de la tarde, después de que la madre la dejara sola con una joven de 20 años que consiguió quedarse todo el día en la habitación tras ganarse su confianza. Lo hizo comentándole que su cara le era familiar y que su madre también se encontraba de parto en el centro hospitalario.

Cuando Mónica volvió a la habitación después de fumarse un cigarrillo en el pasillo vio que su bebé y la joven habían desaparecido. La madre permaneció ayer sedada y bajo la custodia de dos agentes de Policía.

Cuestionan la seguridad del centro

Los familiares de Mónica J.L. denunciaron ayer la falta de seguridad del Hospital del Mar, que no tiene cámaras de vigilancia. El director general de Salut Pública, Antoni Plasència, dijo al respecto que «los hospitales no son cárceles ni sitios donde la gente esté confinada. El Hospital del Mar ya dispone de medidas de seguridad y, como el resto de centros, tiene un sistema de identificación de bebés». Plasència señaló que este incidente «no es un problema sanitario, sino de seguridad y orden público», al estar el bebé «bajo la tutela de la madre», porque estaba con ella en la habitación y no en el área de neonatos.