El consejero de Sanidad de la Junta de Castilla y León, Antonio María Sáez Aguado, ha negado este jueves una "deuda histórica" con el Hospital San Juan de Dios de la capital burgalesa, que ha anunciado el cierre de las instalaciones el 31 de diciembre.

Sáez Aguado, quien ha mantenido un encuentro con profesionales de Medicina Interna del Hospital Universitario de Burgos (HUBU), ha señalado además que la decisión del cierre no procede del Gobierno autonómico sino de la congregación de San Juan de Dios, que ha decidido romper el concierto vigente con la Junta.

El consejero de Sanidad, recibido a las puertas del Complejo Asistencial por un conjunto de trabajadoras del Hospital San Juan de Dios con pancartas reivindicativas, ha explicado que la congregación pretendía un incremento de las tarifas fijadas por paciente, algo que ha descartado la Junta al existir otros centros similares en la Comunidad que prestan los mismos servicios con unas tarifas de hasta un 5 por ciento inferiores.

Por ello, ha planteado a los gestores del San Juan de Dios la búsqueda de soluciones al problema y ha recordado que en el ámbito público se han adoptado medidas, como la bajada de salarios, para garantizar la viabilidad del sistema.

Respecto al futuro de los pacientes del San Juan de Dios, en cuidados paliativos o con enfermedades crónicas, Sáez Aguado ha explicado que se buscará la "mejor solución" posible, sin descartar ninguno de los servicios públicos de los que dispone la ciudad, para que reciban atención a partir del 1 de enero.

Los trabajadores del Hospital San Juan de Dios, que se han concentrado en los últimos días a las puertas del centro reivindicando una solución al cierre, han programado una serie de movilizaciones durante los próximos días para instar a la Junta a un replanteamiento de las tarifas, que garanticen la continuidad del centro hospitalario.