Corría el año 1929 y una enorme crisis económica mundial, la conocida Gran Depresión, marcaba la actualidad del día a día. La pobreza, la explotación laboral y la corrupción política eran constantes. En ese desolador contexto, la historieta americana buscó un nuevo rumbo. Los temas serios dejaron paso a las historias de aventuras, al puro entretenimiento dirigido a la evasión de los lectores.

En los siguientes diez años nacieron Dick Tracy, Flash Gordon, The Phantom, los cómics de Tarzán y también los superhéroes, aunque las aventuras no tardaron en derivar hacia el género bélico con la llegada de la Segunda Guerra Mundial. Fue en ese momento, en 1939, cuando vio la luz Marvel Comics, no la editorial sino la primera historieta de la que por aquel entonces se llamaba Timely Productions.

Era el germen de Marvel, la compañía que 75 años después acabaría convirtiéndose en un gigante productor de decenas de personajes icónicos que durante todo el siglo XX y lo que va del XXI siguen arrasando en el mundo de las viñetas, los videojuegos, los juguetes... y, sobre todo, en el cine, donde la compañía ya encara la tercera fase de un macroproyecto protagonizado por superhéroes como Iron Man, Hulk, Thor o los Guardianes de la Galaxia.

Para celebrar sus tres cuartos de siglo de historia, Marvel ha lanzado un recopilatorio de 1.000 páginas que incluye algunos de sus cómics más memorables: la trilogía de Galactus, el debut de Los Vengadores, la historia de los X-Men Dios ama, el hombre mata... Este voluminoso tomo verá la luz en España, aunque Panini —la editorial que publica los cómics de Marvel aquí— aún no tiene fecha para el lanzamiento.

El camino de la modesta Timely Productions hasta convertirse en la todopoderosa Marvel que conocemos hoy no fue corto ni sencillo. De hecho, el éxito inicial duró poco y no fue hasta los años 60 cuando se convirtió en un verdadero fenómeno.

Héroes de guerra

En aquel primer cómic de 1939, la editorial ya presentaba a tres superhéroes: Namor, el príncipe submarino, la Antorcha Humana y el Ángel (personajes estos dos que nada tienen que ver con sus homónimos de Los 4 Fantásticos y la Patrulla X respectivamente). No les fue mal, aunque el mayor éxito de ventas llegó en 1941 con el Capitán América, un héroe patriótico vestido con los colores de la bandera estadounidense y siempre dispuesto a luchar contra la gran amenaza de la humanidad, los nazis.

El Capi era un arma biológica creada para acabar con el régimen alemán y todas sus historias giraban en torno a esa idea. Quedaba claro en la portada de su primer cómic, en la que aparecía dando un puñetazo a Hitler. Sin embargo, la Segunda Guerra Mundial acabó y los gustos fueron cambiando. Ahora se imponían las historias de romance, de crímenes y del salvaje Oeste. Pero eso no fue lo peor. En los años 50 (cuando la editorial se llamaba Atlas Comics) surgieron grupos de presión contra los cómics y algunos textos —especialmente el ensayo titulado La seducción de los inocentes— originaron una profunda crisis en todo el sector. La edad de oro había terminado.

El resurgir de los superhéroes

Según se acercaban los 60, los cómics fueron recobrando fuerza. Los humanos con habilidades prodigiosas que salvaban el mundo a diario enfundados en mallas habían regresado, era el inicio de la etapa que hoy se conoce como edad de plata de los cómics. En el caso de Marvel, el primer gran acierto se produjo en 1961 con la aparición de Los 4 Fantásticos, una familia que adquiría superpoderes tras ser alcanzada por una tormenta de radiación cósmicos durante un viaje de prueba.

El cómic arrasó. La clave de su éxito fue una característica que no tardó en convertirse en referente de la época en general y de Marvel en particular, los héroes habían dejado de ser esos perfectos estereotipos planos y fríos para convertirse en seres con una personalidad definida que tenían defectos y cambios de humor y debían enfrentarse a problemas personales y no sólo a seres de otras galaxias y dimensiones.

Los padres de la criatura, el guionista Stan Lee y el dibujante Jack Kirby (a los que habría que sumar Steve Ditko), hicieron de esta premisa su sello personal y, a lo largo de esa década, la aplicaron con éxito a multitud de nuevas creaciones que estaban destinadas a pasar a la historia. Thor tuvo que poner a prueba su divinidad en el cuerpo de un mortal (un médico lisiado de una pierna), Daredevil combatía el mal como héroe pero también como abogado invidente, Bruce Banner se veía atrapado entre su amor por Betty Ross, sus descontroladas transformaciones en el brutal Hulk y la obsesión de su futuro suegro, el general Ross, por acabar con el monstruo...

Aunque ningún héroe fue capaz de transmitir tanta humanidad como el adolescente Peter Parker, un estudiante que obtuvo habilidades sobrehumanas debido a la picadura de una araña radiactiva. Así nacía Spider-Man, un éxito instantáneo con el que los jóvenes podían —y deseaban— identificarse. Parker era un chaval que iba al instituto y que tenía líos amorosos y problemas familiares... ¡y además saltaba y se columpiaba entre los rascacielos de Nueva York! ¿Qué chico de la época no querría ser como él? Protagonista de algunos de los sucesos más dramáticos (y de los pocos irreversibles) del mundo Marvel, Spider-Man atesora una de las frases más memorables de la historia del cómic, el consejo de su tío que reza: "Un gran poder conlleva una gran responsabilidad".

Esta explosión creativa hizo que la editorial comenzase a ser conocida como la Casa de las Ideas.

Todos unidos

Junto a la humanización de los superhéroes, la edad de plata de Marvel se caracterizó por la creación de un gran universo común para todos sus personajes. De este modo se estableció que todos ellos convivían en el mismo mundo y podían llegar a cruzarse, como de hecho ha sucedido en infinidad de ocasiones desde entonces.

La idea no fue de ellos sino de la competencia, DC Comics, que fue la primera en poner en práctica esta idea. En 1960, dicha compañía decidió reunir a sus personajes más populares (Batman, Superman, Flash, Wonder Woman...) en un mismo grupo, La Liga de la Justicia. Marvel contratacó con los citados 4 Fantásticos pero, aunque tuvieron éxito, no era exactamente lo mismo, así que en 1963 crearon Los Vengadores, un equipo formado originalmente por Hulk, Thor, Iron Man, el Hombre Gigante y la Avispa. Hulk salió pronto de la formación y no tardó en recuperarse al Capitán América, considerado líder del equipo durante casi toda su historia. La formación de Los Vengadores ha cambiado muchísimas veces. Por sus filas han pasado decenas de personajes de la compañía.

Por esa época, DC también lanzó la idea de las realidades paralelas, un concepto que más tarde adoptó Marvel para configurar su multiverso, una fantástica excusa argumental que les permite inventar mundos alternativos y saltarse así las reglas de su línea canónica.

Los marginados

En 1963, Marvel creó uno de las cabeceras con menos éxito de la época, X-Men. El cómic presentaba a cinco adolescentes que poseían extraños poderes que no habían adquirido a causa de un accidente sino de forma natural, como un rasgo biológico más. Eran mutantes. Su mentor, el telépata Charles Xavier, los protegía y educaba utilizando la Escuela Xavier para Jóvenes Talentos como tapadera. Desde el primer momento, la situación de los mutantes, repudiados por el resto de la humanidad, se ha presentado como una analogía de la realidad de los grupos minoritarios, desde los negros (la tensión racial en EE UU era muy alta en los 60) hasta los homosexuales.

A pesar de la intervención de grandes figuras del cómic como Roy Thomas o Neal Adams, la Patrulla X nunca tuvo un éxito de ventas comprable al de otras cabeceras de la época, así que en 1970 fue cancelada. Nadie podía imaginar que sólo un lustro después los mutantes volverían a levantar cabeza para acabar convirtiéndose durante años en la colección más exitosa de la editorial. Los responsables de la resurrección y modernización del grupo fueron Len Wein, Dave Cockrum y, sobre todo, el guionista Chris Claremont, quien tomó las riendas del renacido grupo en 1975 y convirtió a los X-Men en todo un éxito durante 16 años, hasta 1991.

Aquella época comenzó con un cambio en la formación original. Del primer grupo sólo quedaron Cíclope y el profesor Xavier (quedaron fuera Jean Grey, el hombre de Hielo, Bestia y el Ángel) y entraron nuevos integrantes que no tardaron en convertirse en algunos de los personajes más carismáticos del cómic americano: Lobezno, Tormenta, Coloso, Rondador Nocturno... Tras más de década y media de éxitos —en los 80 surgieron algunas de las mejores historias de los mutantes—, Claremont se marchó y los X-Men perdieron gran parte de su atractivo.

Salto a la gran pantalla

Aunque los cómics fueron durante años el negocio principal de Marvel Entertainment, la compañía no tardó en aprovechar el éxito de sus personajes para vender licencias a jugueteras, productoras de televisión y videojuegos. Pronto se interesó también por el cine y desde finales de los 70 hasta principios de los 90 cedió sus personajes para la creación de películas. De ahí surgieron cintas como Spider-Man (1977), Howard el Pato (1986) o The Punisher 1989).

Poco a poco, la compañía se fue interesando en tener un mayor control sobre sus franquicias, así que en 1993 creó Marvel Films, centrada sobre todo en animación, y, en 1996, Marvel Studios, una subsidiaria que se dedicó a la ingente venta de licencias y coproducción de películas como Blade (1998), X-Men (2000), Spider-Man (2002) o Los 4 Fantásticos (2005), entre muchas otras.

No fue hasta 2008, cuando Marvel, aprovechando que había recuperado los derechos cinematográficos de muchos de sus personajes, inició un ambicioso proyecto como productora. Todo comenzó con la película Iron Man, protagonizada por Robert Downey Jr. Al final de la misma, una escena con Samuel L. Jackson en el papel de Nick Furia revelaba un plan mayor, la creación de Los Vengadores. El resto de pilares del plan no tardaron en ver la luz: El Increíble Hulk se estrenó también en 2008 y Thor y Capitán América: El primer vengador vieron la luz en 2011. Todo estaba listo para el gran final.

En 2012, Marvel Studios reunió a todos sus héroes (encarnados por sendas estrellas cinematográficas) en Los Vengadores, un éxito rotundo que, con unos ingresos de más de 1.500 millones de dólares, se convirtió en la película más taquillera de 2012 y la tercera con mayor recaudación de la historia. Eso sólo fue el principio. La compañía sigue trasladando su universo unificado de superhéroes a la gran pantalla con filmes como Iron Man 3 o Guardianes de la Galaxia, producciones de la que se conoce como Fase 2, una etapa que concluirá con la secuela de Los Vengadores. Para la Fase 3 también hay ya un buen puñado de películas anunciadas (Doctor Extraño, Pantera Negra, Los Inhumanos...). En total, de aquí a 2019, el estudio estrenará 9 nuevas películas de superhéroes.

Entre las cuestiones más curiosas de la producción cinematográfica de Marvel se encuentra el hecho de que la compañía no posee los derechos para utilizar a muchos de sus personajes, ya que durante años cedió muchas licencias que aún no ha recuperado. De este modo, Spider-Man sigue en manos de Sony y Los 4 Fantásticos y X-Men pertenecen a Fox. La única curiosa excepción es la de La Bruja Escarlata y Mercurio, los hijos de Magneto. Puesto que son al mismo tiempo mutantes y miembros habituales de Los Vengadores, pueden ser utilizados tanto por Marvel Studios como por Fox. De hecho, Marvel los mostrará en Los Vengadores 2 y Fox ya usó a Mercurio en Días del futuro pasado. Cosas de negocios.