La Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía ha anunciado que a lo largo de los próximos meses de diciembre y enero promoverá la realización de mediciones en el "corazón" de la reserva biológica de Doñana para detectar si existe, y en qué medida, contaminación lumínica en el parque.

En el caso de confirmarse este diagnóstico, el Ejecutivo autonómico se pondría en contacto con los ayuntamientos implicados para poder articular las medidas pertinentes, que, según ha indicado a Europa Press el director de la Estación Biológica de Doñana, Juan José Negro, pasarían, entre otros aspectos, por la utilización de luminarias más eficientes, de tal forma que la luz no se "desperdicie", concentrándose el foco lumínico en aquello que se quiere alumbrar y evitando el halo que se proyecta hacia arriba.

Otra medida puede ser actuar sobre las horas de iluminación y, por ejemplo, "si a partir de las doce de la noche ya es probable que casi nadie esté viendo aquello, apaguemos", mientras que también se alude a la importancia de cambiar los tonos y gama espectral de las luces, centrando la atención en aquellas que menor impacto puedan tener sobre "el cielo, la biodiversidad y la propia salud humana".

Así, la Estación y la Junta inciden en que los 'leds' blancos con emisión azul, de demostrada eficiencia energética, son por contra un importante foco de contaminación lumínica. En una declaración sobre el impacto de la luz blanca del alumbrado nocturno, elaborada por un grupo de expertos y presentada este lunes en rueda de prensa, se hace hincapié en que el diseño de los sistemas de alumbrado modernos no debe basarse exclusivamente en criterios luminotécnicos o de eficiencia energética, sino que "debe incorporar también criterios medioambientales".

La consejera andaluza de Medio Ambiente, María Jesús Serrano, ha precisado a Europa Press, por otro lado, el apoyo de la administración regional a los municipios andaluces en la elaboración de su zonificación lumínica, una especie de 'auditoría energética' piloto con una decena de localidades, con ambición de posterior expansión, al objeto de comprobar las deficiencias y elaborar alternativas.

Así, el pueblo de Cabra (Córdoba) se ha convertido en el primero en aprobar la propuesta, con un 24 por ciento de su municipio sin iluminar, coincidiendo con su calidad de espacio protegido y su presencia en el entorno de la Sierra Subbética. La Junta, asimismo, trabaja con otros municipios cuyo trabajo está "muy avanzado", entre ellos Alcalá de Guadaíra y Marchena (Sevilla).

Recordando que el reglamento andaluz de contaminación lumínica ha sido "pionero" en la regulación de este aspecto, Serrano ha apuntado a la importancia de ir cambiando "la conciencia y la cultura: no por más exceso de luz hay mayor prosperidad, sino que ello supone extralimitarse y perjudicar a nuestra biodiversidad, medio ambiente, salud, economía y la posibilidad de empleo en torno al turismo de naturaleza".

En pro del '

Turismo astronómico'

Y es que la contaminación lumínica afecta a la visión nocturna del cielo, lo que, al margen de perjudicar el buen funcionamiento de los observatorios astronómicos o acarrear consecuencias en los espacios naturales y en la biodiversidad, con alteraciones en los ciclos vitales y en los comportamientos de especies animales y vegetales, también afecta al denominado como 'turismo astronómico' como motor de desarrollo económico.

Este aspecto lo fomentan las llamadas 'Reservas Starlight', unos espacios comprometidos en la defensa de la calidad del cielo nocturno y, con ello, de valores asociados. En este sentido, Andalucía dispone de dos reservas de este tipo, Sierra Morena y Sierra Sur de Jaén, y existen otras en marcha, entre ellas Doñana.

El cielo nocturno de Andalucía está considerado, por sus condiciones geográficas y climatológicas, uno de los mejores de Europa para la realización de observaciones astronómicas. "Tenemos condiciones para competir", ha manifestado Juan José Negro, que recuerda cómo, en el caso de Tenerife —con un observatorio astronómico de primer nivel internacional— se generan en torno a 35.000 clientes fijos, gran parte de ellos del mercado internacional.

Los casos de los grandes núcleos de población, cuyos halos de luz se ven desde muy lejos, o incluso los de casuísticas concretas como la aldea del Rocío o la playa de Matalascañas, ambas cercanas al parque nacional, son algunos de los que hay que abordar, según ha precisado el director de la Estación Biológica de Doñana.

Tanto la Junta como el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), por boca de su coordinador andaluz, Miguel Ferrer, han apoyado llevar a cabo acciones de concienciación y sensibilización entre la ciudadanía sobre esta problemática.