España es el país de la Unión Europea con la mayor tasa de viviendas en régimen de propiedad, con un 87%. Muy lejos quedan países como Alemania o Suiza, con el 42% y el 36% del parque total de viviendas, respectivamente. A la vista de estos datos, la tendencia hacia la compra es una costumbre evidente. O lo era hasta ahora.

Desde hace unos años, la subida del precio de los pisos y el encarecimiento de las hipotecas está haciendo que cada vez merezca más la pena apostar por el alquiler.

"No alquiles, es tirar el dinero todos los meses". Ésta es una de las frases más extendidas entre la población española, muy poco habituada a vivir largos periodos como arrendatarios. Las causas de este proceder van desde una cultura de la propiedad muy arraigada hasta la falta de promoción del alquiler por parte de las administraciones.

Cambio de ciclo

Sin embargo, esta forma de pensar podría volver a revertirse –en 1950, el 51% de las viviendas eran de alquiler– si vemos la evolución que estos dos mercados están teniendo en los últimos meses. Por ejemplo, quien quiera comprar un piso de 100 metros cuadrados, con un precio medio de 238.000 euros (según datos de Facilisimo.com), tendrá que pagar, con los tipos actuales, un mínimo de 1.100 euros de letra, con una hipoteca a 30 años que le cubra el 80% del valor de tasación del piso.

Por el mismo piso se pagaría, según datos del portal inmobiliario, 830 euros de alquiler.

Una diferencia sustancial que, además, va ampliándose con el paso del tiempo. Aunque el crecimiento de los precios de venta se ha moderado hasta quedarse en un 7,2% de media; el euríbor, índice de referencia para la mayoría de los préstamos hipotecarios, ha crecido dos puntos en los últimos dos años hasta situarse en el 4,25%. Sin embargo, en el mismo periodo, la subida anual de los precios de los alquileres se ha mantenido entre el 4%y el 5%.

Comparativa

De alquiler...

Movilidad: Permite cambiar de ciudad o de casa de una forma más cómoda y rápida que una casa en propiedad.

Capricho: El contrato se puede rescindir en un plazo determinado, y se puede pasar una temporada en el piso perfecto sin pagarlo toda la vida.

Inestabilidad: Pasados cinco años, el inquilino está a merced del propietario, ya que éste puede decidir no renovar el contrato.

Dependencia: El inqui-lino debe pedir permiso al propietario para hacer reformas y depende de él si algo se estropea.

... o propia

Inversión: La vivienda es uno de los bienes más rentables para invertir, y sigue revalorizándose año tras año.

Seguridad: La estabilidad que ofrece una casa en propiedad permite echar raíces en un lugar más fácilmente.

Obligaciones: La compra implica una serie de gastos que no se detendrán aunque surja un imprevisto, como la pérdida del empleo.

Arraigo: Si algo no te gusta, es más difícil irte sin más, como harías si la casa fuese alquilada.