Josefa, que vive con su marido en el barrio de la Victoria, de la pedanía murciana de El Palmar, va a tener que dejar de cultivar la huerta, que su familia ha cuidado desde hace más de 150 años.

La causa, un muro de hormigón de cinco metros de altura que la empresa de autobuses urbanos de Murcia, Latbus, le ha levantado alrededor del terreno.

La muralla impide que pase el aire, le quita las vistas y echa a perder la cosecha.

Y todo porque Josefa no ha querido vender su huerta, de casi 800 m2 en la zona donde Latbus ha construido sus nuevas cocheras.

Pero ella no es la única afectada por las obras de la empresa.

A un vecino suyo, un juzgado de Murcia le ha obligado a tapiar cinco ventanas de su casa que dan a una acequia y que llevaban abiertas más de 50 años, tras ser denunciado por Latbus.

"El problema es que no han querido vender las tierras y la empresa les está haciendo la vida imposible con trámites legales", explicó este miércoles a 20 minutos un vecino de la zona.

Sus vecinos no están dispuestos a consentir que su vecina se vea obligada a vender sus tierras y ya han comenzado una campaña contra la empresa.

Han colgado 15 pancartas en sus balcones para denunciar la situación y quieren ir al Ayuntamiento para que el alcalde, Miguel Ángel Cámara (PP), tome cartas en el asunto.

Latbus, por su parte, no quiere oír hablar del tema.

Lleva 10 años dentro de la UCAM

Un vecino de la pedanía murciana de Guadalupe lleva diez años compartiendo el porche de su casa con los universitarios, de la Universidad Católica San Antonio (UCAM), en el campus de los Jerónimos.

El vecino no quiso vender sus terrenos a la institución y la universidad terminó acorralando la vivienda dentro de sus dependencias.

"No sabemos si hay una casa dentro de las instalaciones de la UCAM, aquí en Murcia", fue la respuesta de la Católica, cuando le preguntamos por la casa.