
El módulo Philae ha comenzado sus experimentos sobre la superficie el cometa 67/P Churyumov-Gerasimenko, pero los próximos resultados podrían no llegar a la Tierra porque sus baterías pueden agotarse en las próximas horas y sus paneles no reciben suficiente luz solar.
El equipo científico de la Agencia Espacial Europea (ESA) compareció para ofrecer los últimos detalles de la misión, con la esperanza de mantener un nuevo contacto con el módulo en torno a las 22h si las baterías tienen suficiente potencia para transmitir los datos. Los científicos siguen todavía buscando la ubicación precisa del módulo, que rebotó dos veces y no aterrizó donde estaba previsto.
El módulo, apoyado en la superficie con dos de sus patas y con la tercera en el aire, lleva una batería que le da autonomía energética hasta dos días, y después lo que le queda de vida dependerá de los paneles solares. La ESA esperaba que el Philae tuviera entre seis y siete horas de luz solar al día, pero sólo recibe hora y media.
Dos experimentos realizados
El módulo Philae comenzó a enviar datos de dos de los experimentos que ha logrado poner en marcha desde que aterrizó el miércoles tras separarse de la sonda madre Rosetta. Durante la noche de este jueves comenzaron a funcionar los sensores diseñados para estudiar la densidad y las propiedades térmicas y mecánicas de la superficie del cometa (MUPUS en sus siglas en inglés).
También se puso en marcha el espectómetro APXS, que debe detectar partículas alfa y rayos-X para recoger información sobre la composición elemental de la superficie.
El Philae se comunica a través de Rosetta y las señales que envían llegan a la Tierra 28 minutos después, porque viajan a la velocidad de la luz y las naves se encuentran a una distancia de 511 millones de kilómetros
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