La artista de performances Esther Ferrer recibe el premio Velázquez de Artes Plásticas 2014

  • La artista, que vive en París, asegura que lo pasa "mal" cuando le dan premios, porque piensa en "toda la que gente que se lo merece".
  • No obstante, le ha dicho por teléfono al secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, que "aceptaba" el reconocimiento.
  • El galardón está dotado con 100.000 euros; a Ferrer le ha gustado que en el jurado "haya extranjeros" y, "por tanto, independientes de todo".
Fotografía de archivo de la artista Esther Ferrer.
Fotografía de archivo de la artista Esther Ferrer.
EFE/ARCHIVO/Juan Herrero
Fotografía de archivo de la artista Esther Ferrer.

La artista Esther Ferrer ha sido galardonada con el Premio Velázquez de Artes Plásticas 2014, convirtiéndose la segunda mujer en la historia en recibirlo. El jurado ha destacado su compromiso "con el devenir creativo y social contemporáneo" y su defensa del arte "como único espacio de libertad". Ferrer ha recibido la noticia con "angustia", aunque al final, admite, ha aceptado la decisión: "Mi pretensión es pasar lo más desapercibida posible".

En esta ocasión, se ha querido premiar a una artista que ha centrado su trayectoria en la "performance" y que es conocida por sus propuestas conceptuales y radicales. Pionera del arte de acción en España, la obra de Esther Ferrer, Premio Nacional de Artes Plásticas 2008, ha sido objeto "de un reconocimiento internacional destacado en Europa, Latinoamérica y Estados Unidos". El galardón, dotado con 100.000 euros, lo concede el Ministerio de Cultura.

Ferrer (San Sebastián, 1937), que vive desde hace más de 20 años en París, ha explicado que todos los premios que le dan le provocan "problemas y angustia", porque siempre se plantea que, "con toda la que gente que se lo merece", "por qué" a ella. "Al principio siempre lo paso mal, aunque luego lo digiero y lo relativizo. Siempre he aspirado a pasar lo más desapercibida posible, que ni me miren ni me vean".

"Nunca he hecho nada por reconocimiento o por hacer algo, ni he pedido una ayuda. Quiero estar lo más lejos posible de todo lo oficial", ha subrayado. Le "horrorizan" los actos oficiales y, "por supuesto", las entregas de premios, aunque, puntualiza, ya le ha dicho a quien le "ha llamado" —el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle— que "aceptaba" el reconocimiento.

Le ha gustado del premio que en el jurado "haya extranjeros" y, "por tanto, independientes de todo", como la directora Zdenka Badovinac, directora de la Moderna Galerija de Ljubljana, una ciudad en la que ella expuso y a la que "lo mismo", barrunta humilde, le gustó su trabajo.

El jurado, presidido por el director general de Bellas Artes y Bienes Culturales y de Archivos y Bibliotecas, Miguel Ángel Recio, ha estado compuesto además por Nekane Aramburu, Federico Castro, Catherine Aimée David -del Centro Georges Pompidou-, Francisco José González Jiménez (Curro González), Anna Maria Guasch y Jaime Pulido -conservador del Museo de Arte Moderno de Bogotá (Mambo).

"Entiendo perfectamente que hay que elegir a alguien y que te puede caer a ti, 'bien sûre'. De momento, me lo han dado, lo he aceptado y ya veremos...", precisa la artista, que en 1999 fue una de las dos artistas que representaron a España en la Bienal de Venecia.

Licenciada en Ciencias Sociales y Periodismo y conocida por sus "performances", que realiza individualmente o cuando formaba parte del grupo ZAJ (disuelto en 1996), comenzó a mediados de los 70 una intensa actividad plástica, con fotografías trabajadas, instalaciones y cuadros.

Desde sus inicios, Ferrer ha realizado "performances" en las que pretendía hablar de lo inadvertido y de las propiedades poéticas de acciones relacionadas con el uso de objetos como papeles, dados, la escritura y el alfabeto. Y estos elementos han ido desplazándose hacia problemas asociados con la identidad, lo incomprensible de un lenguaje nuevo, pero contando con la participación del espectador.

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