El presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), Javier González de Lara, ha dejado claro que "con la corrupción sólo cabe la tolerancia cero", incidiendo en la necesidad de que "todos seamos mucho más proactivos respecto a comportamientos sociales que son demasiado relajados desde el punto de vista de las corruptelas". Y es que, a su juicio, "sin ética no hay éxito económico ni empresarial; no se puede prosperar si no hay unos criterios de responsabilidad social".

"Todos, políticos, empresarios y ciudadanos, estamos obligados a cumplir las normas, a intentar ser respetuosos con la ley y sobre todo a ser titulares de los derechos que nos corresponden, pero también de las obligaciones, aunque sin buscar fórmulas de fraude", ha declarado.

Así lo ha expresado durante su intervención como invitado de honor en un almuerzo-coloquio celebrado este lunes en Málaga con motivo de la reunión del Consejo de la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) Zona Sur, que preside Braulio Medel, responsable de Unicaja.

González de Lara, que ha subrayado que "los empresarios entonamos el mea culpa", como lo demuestra el plan de acción impulsado por la CEA para abordar su regeneración, ha analizado la situación de la economía andaluza y los retos de futuro de las empresas de la Comunidad.

Todo ello, ha advertido el presidente de la CEA en el almuerzo-coloquio, organizado por APD y PwC, "en un contexto de necesaria regeneración política, institucional, social y económica; en un momento en el que todos tenemos que sumar y afrontar nuevos retos y desafíos". Ante esto, ha lanzado el mensaje de que "sin empresa no hay solución".

"hay recursos para resolver los problemas"

"Vivimos momentos de cierta zozobra, desaliento y desánimo, pero tenemos que ser positivos de cara al futuro", ha expuesto, ya que "hay recursos y fórmulas para que la sociedad tenga esperanza e ilusión en recuperar esas instituciones desacreditadas y en resolver los problemas".

Para González de Lara, ante "los serios problemas sociales y de reputación, muy vinculados a la corrupción", que existen actualmente, "la única forma de actuar es aplicar el imperio de la ley y el diálogo político y social; un diálogo perdido, que nos hace olvidar el gran espíritu que tuvimos durante la Transición y por el que España se consolidó".