El acusado del homicidio de su hermano dice que solo quería asustarle pero "nunca jamás" hacerle daño

Ambos tenían frecuentes discusiones porque el hermano se drogaba en casa y la dejaba "llena de jeringuillas"
El acusado
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EUROPA PRESS
El acusado

El acusado del homicidio de su hermano ha afirmado que solo quería asustarle pero "nunca jamás" hacerle daño y que cogió el cuchillo porque, de haberlo hecho su hermano antes, ha augurado que "seguro" que se lo habría "clavado" porque el día de los hechos, 10 de junio de 2013, estaba con "el mono" de la heroína.

Así lo ha manifestado ante los 11 miembros del jurado popular que hasta el jueves, 13 de noviembre, dirimirán sobre este homicidio con el agravante de parentesco por el que el fiscal pide 12 años y medio de cárcel para JC.R.L., que lleva en prisión provisional en El Dueso desde que ocurrieron los hechos.

El acusado, que ha sido el único en declarar en esta primera sesión que ve la Sección Tercera de la Audiencia Provincial, ha indicado que las discusiones con su hermano Miguel Ángel eran "habituales" debido a que éste se "pinchaba" en casa y traía también a otros toxicómanos, algo que a él le "alteraba" porque había sido consumidor durante "muchos años" pero hacía más de uno que había logrado dejarlo.

Pero el día de los hechos, el acusado se "ofuscó" al ver que su hermano accedía a la casa que ambos compartían, en la calle Francisco Iturrino de Santander, junto a otros tres toxicómanos. JC.R.L. echó a "los otros" e inició una fuerte discusión con su hermano mientras éste trataba de preparar los utensilios —la bolsa de heroína, un cuchillo de cocina de 15 centímetros para abrir la bolsa de la droga y una cuchara—.

Durante esa discusión, el acusado cogió "un palo de un recogedor" y se lo rompió a su hermano en cabeza, haciéndole sangrar. En ese momento, según ha relatado, su hermano trató de coger el cuchillo pero él lo agarró antes y lo movió hacía adelante para asustarle.

Trate de asustarlo pero "se conoce que le pinché"

"Hice así —ha dicho mientras gesticulaba cómo movió el arma— para asustarlo pero se conoce que le pinché", ha señalado, al tiempo que ha asegurado que no vio a su hermano sangrar más que por la cabeza, donde le había golpeado con el palo, y que "no cayó al suelo".

Después, JC.R.L. ha relatado que salió de casa en busca de una de sus hermanas, que vive "cerca", para que llevase a Miguel Ángel en coche al hospital Valdecilla para que le curasen la herida de la cabeza. Cuando regresó a casa ya estaba allí la Policía, a la que habían avisado unos vecinos al ver salir por el portal al hermano sangrando.

El acusado ha indicado que explicó a la Policía que había ido a buscar a su hermana y que, cuando le preguntaron por el arma homicida, él mismo les dijo que no buscasen y les indicó donde estaba el cuchillo, al tiempo que les confirmó que había sido él quien le había herido. Si bien, ha apuntado que, a partir de ese momento, se le "fue la cabeza" y "no sabía lo que había hecho". "En ese momento no era consciente", ha apostillado.

Su hermano fue trasladado en ambulancia a Valdecilla donde fue intervenido quirúrgicamente de las lesiones con arma blanca pero falleció tres días después (13 de junio de 2013), mientras que JC.R.L. ingresó en prisión el mismo día de los hechos, donde permanece hasta el día hoy en la enfermería porque padece cirrosis.

Discusiones "muy habituales"

Ambos vivían juntos en un piso, propiedad de todos los hermanos —eran 14—, y la convivencia era difícil debido a que las discusiones entre los dos eran "muy habituales" y "siempre" por las drogas ya que JC.R.L. había hecho un "gran esfuerzo" por desintoxicarse —estuvo ocho años con diferentes tratamientos— y veía diariamente como su hermano "seguía destrozándose la vida".

Pero las discusiones tenían más motivos, no solo por la preocupación por su hermano o por el "miedo" del acusado de "volver" a caer en la droga. Y es que dos sobrinos pequeños de ambos, hijos de una hermana y que tienen 6 y 13 años actualmente, iban a comer a su casa de lunes a viernes porque estaba al lado del colegio.

JC.RL. ha indicado que su mayor preocupación eran "los chiquillos" y que éstos se pinchasen con las jeringuillas que su hermano y sus amigos dejaban "por toda la casa". "Un día llegué a recoger 40 jeringuillas", ha enfatizado, al tiempo que ha explicado que su hermano era portador del VIH.

"Yo limpiaba la casa antes de que llegasen los niños del colegio para comer y mandaba a mi hermano que bajase abajo porque, si los chiquillos se pinchan, les desgracia", ha comentado durante la vista en la que ha respondido a las preguntas del fiscal y de su abogada durante algo menos de 30 minutos.

También ha indicado que, cuando ya se "hartaba" de las prácticas de su hermano, llamaba al resto de hermanos que acudían y le "echaban la reprimenda" pero le daba igual, ya que "al rato" ya estaba otra vez consumiendo y llevando a la casa a su "amigos".

Tras la declaración del acusado, se ha suspendido la vista que se retomará este martes, 11 de noviembre, con la declaración de los testigos, entre ellos dos de sus hermanas, algunos de los policías que intervinieron y los médicos forenses.

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