La gripe no distingue entre la población, si bien es las personas más expuestas socialmente es donde suele tener más incidencia por su forma de transmisión, también en aquellos grupos que presentan menos defensas o tienen complicaciones crónicas, como ocurre con las embarazadas, los niños menores de dos años y las personas mayores.

En el caso de las futuras madres, el contagio de la gripe durante el embarazo puede provocar complicaciones tanto "en la madre como en el feto", según ha indicado, en declaraciones a Europa Press, uno de los médicos centinelas de la gripe en Atención Primaria del centro de Salud Urbano I de Mérida perteneciente al Servicio Extremeño de Salud (SES), Laureano Flores, que ha alentado a las mujeres embarazadas a "no" tener "miedo" a la vacuna.

En este sentido, ha explicado que lo que se inyecta a las gestantes son "virus muertos", lo cual "es imposible" que provoque una gripe. No obstante, lo que sí puede desencadenar, ha añadido, es una "reacción" a la vacuna que se manifiesta con "febrícula" que desaparece a los pocos días.

En cuanto a los niños menores de dos años, asegura que aquellos que han sido alimentados con leche materna "hasta cierto punto" se encuentran protegidos frente a la gripe, si bien ha advertido que es un colectivo que presenta defensas "más bajas".

Igualmente, ha puesto el acento en las personas "más mayores", las cuales presentan cuadros clínicos, en su mayoría, con enfermedades crónicas, que agravan la situación.

Respecto a la vacunación, ha asegurado que hubo años en los que la población "estuvo más concienciada", pero que el paso de la gripe A, "ha hecho que la gente se retraiga", tras ver lo que se decía sobre este virus y que a la postre, "no fue para tanto".

Según Laureano Flores, la Gripe A supuso un "cuadro" que habría que identificar con una pandemia o un cambio de ciclo provocado en el virus. En comparación, ha señalado que "siempre se habla de la gripe española que fue letal" aunque "eran otros tiempos", donde las condiciones sociales y económicas "eran distintas" y en el que las medidas sanitarias de evacuación eran menores, así como la "salubridad".

Según Laureano Flores la gente perdió "miedo" entonces a la gripe, hasta el punto de que el año pasado "sobraron vacunas" de las que se habían solicitado desde el SES para la campaña de vacunación.

En datos cuantificables, en la pasada temporada se vacunaron un total de 121.173 personas con 65 años cumplidos, lo que supone una cobertura del 55,58 por ciento, una cifra "bastante inferior" a la obtenida en temporadas anteriores, mostrándose una "clara" tendencia a la baja en la cobertura en los últimos 10 años, según el informe sobre gripe estacional elaborado por el servicio centinela del SES al que ha aludido Laureano Flores.

21.800

Casos de gripe atendidos

Durante la pasada temporada se declararon por el sistema centinela, según dicho informe, un total de 486 casos, lo que se corresponde con una tasa de incidencia acumulada de 1.983 casos por cada cien mil habitantes. Esto supone que en toda la comunidad autónoma se habrían atendido un total aproximado de 21.800 casos de síndrome gripal en Atención Primaria.

Esta cifra es similar a la de la pasada temporada, y sensiblemente menor a las alcanzadas en temporadas anteriores, cuando se superaron los 40.000 casos; si bien puede considerarse dentro de lo esperado, e incluso algo menor a la media de casos obtenidos en las últimas temporada.

Con respecto a cuándo una persona debe acudir al médico de Atención Primaria, Flores ha estimado que al ser una enfermedad vírica, no cuenta con un "tratamiento curativo". "La gripe se cura sola, haciendo reposo y tomando antitérmicos", cuya función es "mejorar" el estado del paciente, "pero no curan la gripe".

En este sentido, ha asegurado que una persona joven "puede pasar la gripe en casa", pero que si empieza a tener fiebre muy alta, ésta se prolonga durante mucho tiempo o bien tiene dificultad para respirar o malestar estomacal, "debe ir al médico". "Si hay fiebre normal y mal cuerpo, la gripe se puede pasar en casa".

En los casos "más graves", que requieren hospitalización, el tratamiento sanitario que se pone a los pacientes, según Laureano Flores, "es de soporte". "Se trata de ir ganando tiempo, en el caso de que sufra una insuficiencia respiratoria, por ejemplo, se le pone oxígeno, o un medicamento para abrir los bronquios. Y también se le dan antibióticos, no porque tengan una infección, si no porque pueden coger infecciones porque tengan las defensas muy bajas", ha subrayado.

Al respecto, ha asegurado que los hospitales extremeños cuentan con "todos" los medios sanitarios para hacer frente a estos casos más graves. "En el caso de los hospitales terciarios como el de Tierra de Barros, que no cuentan con Unidad de Vigilancia Intensiva (UVI), si ven que el caso se complica, el paciente se traslada a un centro hospitalario que cuente con esta unidad", ha apostillado.

La mayor parte de los casos atendidos en Atención Primaria en 2013 no precisaron de derivación a otro nivel asistencial, y sólo un 0,8 por ciento de los casos fueron derivados al hospital.

Entre los casos graves ingresados ha habido un mayor número de hombres que de mujeres, 81 y 76, respectivamente y por lo que respecta a la edad de los casos al ingreso, esta ha oscilado entre 1 y 87 años, si bien la mayoría de los casos tenían más de 50 años, y aproximadamente la mitad tenían más de 60.

Para estos grupos, está especialmente indicada la vacunación, que debe realizarse entre los meses de noviembre y diciembre, debido a que tarda "alrededor de un mes" que hacer efecto, ha apuntado Flores.

Esto es así, ha explicado, porque el mayor "pico" de incidencia de la gripe se encuentra en las primeras semanas del año, con lo cual, si una persona se vacuna en enero, el efecto se comenzaría a notar en febrero o marzo.

Por último, ha incidido en la necesidad de que la sociedad se conciencie y sensibilice sobre las ventajas de la vacunación porque su objetivo no es otro que disminuir la incidencia de la enfermedad en toda la población de riesgo, disminuir el número de complicaciones respiratorias, disminuir el número de ingresos hospitalarios, así como disminuir la mortalidad causada por las complicaciones.