El HUCA emplea una técnica de radioterapia que mejora el control de tumores

El Servicio de Oncología Radioterápica del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) ha puesto en marcha, recientemente, el primer tratamiento con Arcoterapia Volumétrica Modulada (VMAT) en un paciente diagnosticado de un tumor de cabeza y cuello. Esta nueva técnica permite, en muchos casos, unos mejores resultados en la curación de la enfermedad y también menos efectos secundarios.

El Servicio de Oncología Radioterápica del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) ha puesto en marcha, recientemente, el primer tratamiento con Arcoterapia Volumétrica Modulada (VMAT) en un paciente diagnosticado de un tumor de cabeza y cuello. Esta nueva técnica permite, en muchos casos, unos mejores resultados en la curación de la enfermedad y también menos efectos secundarios.

La Arcoterapia Volumétrica Modulada es una modalidad de radioterapia, que permite que el acelerador lineal, mediante un complejo sistema de cálculo, sea capaz de modificar la cantidad de radiación en la zona de tratamiento.

Además, gracias al giro continuo del equipo, se puede elegir la forma óptima de administrar la dosis, lo que permite modificar la posición de las láminas del acelerador, para amoldarlas a la forma del tumor. Técnicamente, se puede llegar a tejidos profundos con mayor dosis, afectando menos a los tejidos sanos.

La precisión es similar a la Radioterapia de Intensidad Modulada (IMRT), pero al acortar la sesión de tratamiento disminuyen las probabilidades de que el volumen blanco (el tumor a irradiar) se mueva por cansancio del paciente.

El uso del VMAT está asociado a la forma del tumor y no a un tipo de cáncer específico, por lo que se puede utilizar para tratar tumores en cualquier localización. Este sistema requiere, además, el uso de un equipo de radioterapia guiada por imágenes (IGRT). Basado en un scanner, el oncólogo radioterapeuta, junto a un radiofísico, diseña el plan para tratar el tumor.

Luego, en el acelerador lineal, que cuenta con un scanner integrado al equipo (denominado Cone Beam CT), se verifica si el blanco se encuentra en la posición correcta para ser tratado. Si hay un cambio, aunque sea pequeño, el equipo mueve la mesa de tratamiento, sobre la que está el paciente, hasta que coincida con el plan.

Dependiendo de la movilidad del tumor y de las características de la persona, se define la periodicidad con que se debe hacer el examen con el Cone Beam CT.

La nueva técnica de tratamiento permitirá obtener dosis más altas en tumores que antes no eran tratados por la presencia cercana de órganos que podían verse afectados por la radiación. Además, el paciente muestra una mayor tolerancia a la radiación, debido a la poca afectación de los tejidos sanos.

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