El reciclaje no sólo abarca los plásticos, el cristal o los envases. Las pilas, que contienen metales como mercurio, cadmio o plomo, también deben llevar un proceso de reciclaje para evitar que sus componentes contaminen el medio ambiente.

Y aquí los niños tienen su parte de responsabilidad. El Ayuntamiento bilbaíno, por ello, ha repartido entre los escolares de 37 colegios un total de 20.793 minicontenedores en los que los pequeños podrán reciclar las pilas.

Son pequeños botes de plástico divididos en dos compartimentos, uno para las pilas botón, las de relojes, y otro paras las pilas normales, las alargadas de siempre que se usan en radios, mandos a distancia y muchos otros aparatos. Una vez llenos, se pueden depositar en contenedores de supermercados o tiendas.

La iniciativa se enmarca dentro de la Agenda 21 Escolar, un programa que pone en marcha distintos planes para mejorar el medio ambiente a través de los colegios.

Al año, 74 toneladas de pilas

Son pequeñas, pero pesadas. Cada año, en Euskadi se consumen hasta 74 toneladas de pilas grandes, un peso equivalente al de 70 coches. Lo cierto es que cada vez hay más aparatos que necesitan pilas para funcionar. Y muchos, además, necesitan pilas botón, las pequeñitas que, generalmente, terminan en la basura. De éstas se consumen unos 187 kilos al año. De ahí la importancia de reciclar estos materiales.