Para su decoración, se ha utilizado el propio espacio como elemento decorativo, con estancias diáfanas y muy poco recargadas. La utilización de la madera en los suelos y en el mobiliario aporta una sensación de calidez a todas las estancias.

La luz es también protagonista de la casa, que cuenta con numerosos ventanales en todas sus habitaciones, a través de los que se puede apreciar la naturaleza que asoma desde el exterior. La claridad natural que recibe esta vivienda está potenciada por los tonos claros de las paredes.

Cuando cae la noche, los puntos de luz indirectos, que se encuentran en todos los rincones de este hogar, refuerzan la sensación de comodidad y calidez.

El toque rústico se lo dan los suelos, que imitan las antiguas baldosas de barro cocido, además de los marcos de madera de las puertas y ventanas, y la presencia de elementos arquitectónicos muy característicos, como las vigas vistas, las columnas de madera o los techos abuhardillados.