Los rituales de la Feria de Abril

Lo que empezó como broma o por casualidad se ha convertido en rito anual.
Para muchos sevillanos la Feria es pura tradición. Cada año, como si de un sitio sagrado se tratase, repiten una serie de rituales. 20 minutos ha conocido el de algunos feriantes. «Coge tu copa y brinda conmigo, brinda conmigo y que siga la amistad entre los amigos» es el brindis que cada noche del pescaito hace Pepe, en la caseta Los Aprietados. Sus socios disponen de un canasto particular, que elevan con una garrucha, para depositar sus pertenencias. Antonio, llegue a la hora que sea, no se acuesta sin limpiarse los zapatos; Isabel sale con sus tacones, pero lleva en el bolso zapatos planos de repuesto;  Carmen lleva años coleccionando peluches que sus distintos novios han ganado en las tómbolas. En su casa se ríen de la buena puntería de sus ligues. María, desde hace cinco años, los sábados se pone un farolillo en la cabeza. Le trae suerte. Y el domingo, en la caseta de Los Agüeletes, todos comen huevos fritos con chorizo. Y así, hasta la Feria siguiente.Una tradición rota

Juan cada año, de vuelta a casa, siempre entraba en la confitería Nova Roma de la calle Asunción para preguntar si vendían la réplica de la portada de Feria que elaboraban con azúcar y que adornaba el escaparate del establecimiento durante toda la semana. Este año Juan tendrá que romper su tradición porque al pasar por Asunción ya no hay cafetería Nova Roma (cerró hace unos meses) y, por tanto, tampoco réplica de la portada.

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