Rodrigo Rato: "Cuando me la dieron, se me dijo que era una tarjeta para mi uso personal"

El expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa (izquierda) y el expresidente de Bankia Rodrigo Rato, a su salida de la Audiencia Nacional.
El expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa (izquierda) y el expresidente de Bankia Rodrigo Rato, a su salida de la Audiencia Nacional.
EFE
El expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa (izquierda) y el expresidente de Bankia Rodrigo Rato, a su salida de la Audiencia Nacional.

"Las tarjetas existían en Caja Madrid desde al menos hace 10 ó 15 años y no me explicaron los criterios con los que se emitieron, pero me explicaron los criterios con los que se aplicaban: eran gastos personales y tenían un límite". Este es el extracto de una de las respuestas dadas por el expresidente de Bankia y Caja Madrid, Rodrigo Rato, durante su declaración de la pasada semana ante el juez Andreu a raíz del escándalo de las tarjetas presuntamente irregulares.

20minutos ha tenido acceso a las grabaciones de estas testificales. En ellas, se puede escuchar cómo el propio Rato reconoce que al llegar a la caja ya conocía la existencia de estas tarjetas y que decidió mantener el mismo sistema, puesto que "era un instrumento de pago de la retribuciones de las personas, como tal tenía que estar sometido a la fiscalidad de cualquier retribución. No recibo ninguna información que me haga pensar otra cosa, ni de la Dirección de Medios, ni de la Dirección Tributaria, ni de la Secretaría General, ni de la Dirección Financiera, ni de ningún consejero, y durante esos dos años que soy presidente el tema de las tarjetas no fue objeto de ninguna preocupación (...) ni se me manifestó que existiera ninguna preocupación", explicó. Según sus palabras, a su llegada el diseño de estos plásticos, así como sus límites, se le dieron como establecidos.

Rato, a preguntas del fiscal, manifiesta también que ni la auditoría interna ni la externa le plantearon problema alguno relacionado con este medio de pago, ni fue objeto de atención del consejo o de la directiva. "Eran tarjetas personales, a lo largo de los 15 años existieron varias decenas, eran personales, identificadas, conocidas por la entidad, emitidas, suscritas, firmadas por Visa, en contratos tipo... ¿Cuál era el control de los cientos o miles que emitió la entidad? No lo supe. En problemas de tarjetas los únicos que tuvimos fueron problemas de clientes por temas de hackers, pero en ningún caso el consejo trató este tema", añadió.

Declaraciones íntegras de Rodrigo Rato

Durante el interrogatorio, el fiscal preguntó también al exvicepresidente del Gobierno por las tarjetas existentes exclusviamente en Bankia. Tal como detalló, tras la fusión de Caja Madrid con las otras seis cajas que formaron BFA, se mantuvieron los métodos retributivos de cada entidad, incluidas las tarjetas para consejeros y miembros del Comité de Dirección. Pero en 2012 se redujo drásticamente este privilegio: "exclusivamente para los miembros del Comité de Dirección que provenían de Caja Madrid, que en este caso éramos tres [Rato, Sánchez Barcoj y Fernández Norniella]. En el proceso de fusión tendría que llegar un momento en el que esas diferencias tendrían que aplanarse o acomodarse (...)", se explayó.

¿Por qué no la usó el consejero delegado? El fiscal, a continuación, le pregunta a Rato sobre cómo es posible que, si se trataba de un sistema retributivo más, otro miembros del Comité de Dirección [el consejero delegado, Francisco Verdú] no hiciera uso de la tarjeta 'B': "Efectivamente no la utilizó. No provenía de Caja Madrid, pero siendo el consejero delegado me pareció que si él quería utilizar este instrumento de pago que en ningún caso suponía un aumento de sus condiciones contractuales (...) pues no era nada significativo. ¿Por qué no la utilizó? Pues no lo sé, nunca hablé con él de ese tema", respondió.

El fiscal prosigue con las preguntas: "¿Sabe vd. si Caja Madrid o Bankia practicaba alguna retención por estas tarjetas?". En este punto, el expresidente de la caja reconoce la situación de irregularidad: "Si me lo pregunta hoy le tengo que decir que sé que no, pero entonces le hubiera dicho que sí. Tenía que retenerlas, eran retribuciones y por lo tanto estaban sometidas a retenciones", admite. Posteriormente insiste la Fiscalía: "¿Tributaba por estas tarjetas? Mi creencia era que sí, y en mi certificado de retenciones estaban incluidas. Y desde luego el Departamento Fiscal nunca me llamó la atención. Me ha sorprendido mucho al saber que no eran objet0 de retención", añadió.

"No eran un complemento"

"Si eran tarjetas de uso personal, nominativas, transparentemente emitidas, controladas por la entidad hasta el punto de que a mi me la entregaron el día después de llegar a la entidad y la dieron de baja el día que me fui, yo no podía sospechar", prosigue Rato, quien a su vez defiende durante su comparecencia que el contrato de su tarjeta era un contrato "tipo".

No eran complementos, eran retribución. Posteriormente, fiscal y expresidente discuten de nuevo acerca de la esencia misma de las tarjetas: ¿Eran retribución, complemento retributivo, dietas? Rato responde: "No eran complementos retributivos, en ningún caso tenían que suponer un incremento retributivo; era dineraria, pero estaba dentro del límite de la retribución que cada uno tenía. Eran un instrumento de cobro dentro de la retribución. Si era X, no tenía que suponer un incremento".

El fiscal entonces puntualiza que los estatutos de la caja obligan a que sea el Consejo de Administración el que apruebe este modelo, a propuesta de la Comisión de Nombramientos: "Mi pregunta es muy clara: ¿Se hizo así con esta retribución?", interroga. La respuesta del expresidente no consigue concretar si se siguieron o no los procedimientos.

La Fiscalía vuelve a apretar:

- "¿Se elaboraba en Bankia un informe anual sobre remuneraciones?

- Supongo que sí, sí, claro.

- ¿Se incluía lo correspondiente a estas tarjetas?

- Hombre, en el volumen sí, porque en esos informes lo que plantean son volúmenes, en muchos casos agregados (...). Tal nivel de retribución no se especificaba.

- ¿Y en los informes de Gobierno Corportativo, al margen de que fueran cantidades agregadas, se incluían estas retribuciones cuando se hablaba de la retribución de cada consejero?

- Tendrían que incluirse puesto que formaban parte de la retribución y no suponían un incremento de la retribucióny eran conocidas por la secretaría general y todos los departamentos que intervenían en el proceso técnico. No eran secretas, ni emitidas de una manera irregular.

- Pero vamos a ver, si no lo incluyen en sus certificados de haberes, y es por eso por lo que ustedes no lo declaran como usted me ha comentado ahora, cómo se incluye después en el informe anual?

- Indudablemente en eso tiene usted razón, pero eso yo lo sé ahora. En aquel momento mi creencia es que estas retribuciones, este instrumento de pago que estaba dentro de mis retribuciones, y que por lo tanto formaba parte de toda la información sobre mi retribución. Que yo recibía el certificado de retenciones y que formaba parte de la organización. Si eso no era así, a partir de ahí indudablemente no puedo suponer lo siguiente, pero eso lo sé ahora, lo supe en junio de 2014".

Sin noticias de inspecciones fiscales. Tras reconocer que, en efecto, no se practicaron la retenciones adecuadas a los gastos de las tarjetas de Caja Madrid y Bankia, el fiscal le pregunta entonces a Rato por los posibles responsables de que no se incluyan los mismos en los certificados de haberes ni en los informes anuales de Gobierno Corporativo: "Este sistema de unas tarjetas que permitiesen el cobro de una parte de la retribución se instaura en CM en un momento dado, por las motivaciones que en ese momento se tuvieran, y se toma esa decisión supongo que por las personas adecuadas. Y desde entonces se contabilizan, al parecer, de una determinada manera. En ese plazo de tiempo en que empieza ese sistema, hasta la fecha de 2012, debería de haber varias inspecciones fiscales. Desde luego bajo mi presidencia no hubo ninguna que me llamara la atención (...). Usted me pregunta algo que yo no lo sé", replica.

"A eso vamos, a que no eran tan transparentes, señor Rato, en cuanto al tratamiento y en cuanto a la contabilización", prosigue el fiscal, que vuelve a reincidir en preguntar quién era el responsable de haber dado ese tratamiento a los gastos de las tarjetas. Rato se toma tiempo para explicar: "Vamos a ver, una organización como ésta, de 180.000 millones de activos y 23.000 personas, tiene usted un departamento de personal, un departamento de medios, un departamento fiscal... por los que estas cosas tienen que pasar. Yo no soy un experto en organización, y no soy un experto contable". A continuación prosigue incidiendo en todos los departamentos y todas las instancias sobre las que pasaban los aspectos retributivos.

Asesoramiento externo para las retribuciones

"El Comité de Retribuciones contrata a dos asesores (Tower Watson y HayGroup) para las retribuciones del Consejo y puede que de la Alta Dirección, ya no me acuerdo. Además había un informe de PwC, y esos son tratados por el Comité de Retribuciones, que elabora un informe, y Garrigues —a raíz de un RD del Gobierno del año 2012 que pone límites a las retribuciones de los consejos y de los directivos de las entidades financieras que recibieran ayudas del FROB— realiza otro informe. Lo que no sé es si los datos de retribuciones que no estaban siendo retenidos... técnicamente los elaboraban los departamentos de personal, la Secretaría General, aparte de la auditoría interna y externa", concluye Rato, al explicar cómo varias compañías asesoraban a la entidad ahora nacionalizada a elaborar sus sistemas retributivos a la cúpula de la caja.

El fiscal vuelve a incidir entonces en el tratamiento contable de los pagos y pregunta a Rato acerca de si el auditor externo (Deloitte) estaba al tanto de que parte de los gastos de las tarjetas se anotaban en la partida referente a la Circular 50/99: "En ningún momento me manifestó el señor Celma [socio de la auditora en Bankia] ni los comités de auditoría que trataban esta cuestión ni en Caja Madrid, ni en BFA, ni en Bankia... es que no le puedo contestar, es que no lo sé. Me sorprendería que si tuviera esa información no me lo hubiera manifestado no solo a mi, sino a la entidad", añadió, al tiempo que se manifestó no consciente de que seis consejeros de la antigua caja vieron cómo se les renovaba la tarjeta a pesar de haber salido entonces de la caja.

Seis millones procedentes de Lazard

Rato, posteriormente, pasa a declarar que ya hizo efectiva la devolución de todos los importes gastados con las tarjetas, entre el 31 de enero de 2010 y abril de 2012, tanto en Bankia como en la Fundación Caja Madrid. Es en ese momento cuando el Fiscal cambia completamente de tercio y le pregunta al expresidente de Caja Madrid por un ingreso de "algo más de 6 millones de euros" efectuado por el banco de inversión Lazard en el año 2011:

- "¿Recuerda usted el concepto?

- Perfectamente, eso es un contrato que yo firmo en el año 2008 con Lazard y que supone un contrato por mi trabajo en la compañía desde el 2008 hasta que me fui en enero de 2010. Eran unas acciones que tenían un vencimiento no sé si en 2011 o 2012. Eran unos derechos sobre unas acciones, yo no podía cobrarlos hasta que vencieran. Eso se refiere todo a mis relaciones con Lazard antes de entrar en la presidencia de Caja Madrid.

- Y lo cobra ya en el 2011, ¿no?

- Lo cobro cuando los derechos pasan de ser derechos a ser acciones. Los derechos yo los tenía desde el 2008 pero no los podía cobrar hasta 2011 o 2012.

En este momento, el fiscal se retira y llega el turno del juez Fernando Andreu. El magistrado recuerda que en ese momento estaba vigente la Ley 4/2003, de la Comunidad de Madrid, sobre cajas de ahorro. Sobre los consejeros, esta legislación autonómica, en su artículo 24, señalaba que "no se pueden generar otras rentas distintas de dietas e indemnizaciones". Ante esta constatación, Andreu le pregunta por qué se mantuvo esta normativa, y Rato le contesta que como norma "debía ser muy conocida por la Secretaría General" de la caja, si bien él no conocía el detalle de la misma.

"Los responsables jurídicos de Caja Madrid debían ser plénamente conscientes de la existencia de esa norma, con unas limitaciones, y después había unas retribuciones, perfectamente transparentes y legales, que se recibían a través de la corporación. Y algunos miembros del consejo participaban en otros consejos de sociedades pertenecientes al grupo, como Cibeles, Mapfre, u otras. En cualquier caso, la tarjeta tenía que estar sometida a estas restricciones", recalca Rato, que vuelve a ser cuestionado por Andreu sobre la forma concreta en que se trataba la tarjeta: "Nunca se me planteó que estuviéramos incumpliendo la legislación de la Comunidad de Madrid (...). Los responsables de Haberes tendrían que tener en cuenta estos aspectos", añadió, al tiempo que reconoció no estar al tanto de la legislación concreta.

Declaraciones íntegras de Miguel Blesa

El anterior presidente de Caja Madrid entre 1996 y 2010, Miguel Blesa, también negó cualquier responsabilidad a la hora de diseñar el funcionamiento de las tarjetas 'B': "Cuando yo llegué al Consejo, en el año 1994, recibí una tarjeta de las que estamos hablando, que se me dijo que era un complemento retributivo que se podía emplear para gastos del cargo y de libre disposición. En el año 1996, cuando fui elegido recibí dos tarjetas, una para gastos de representación y otra que cumplía la función de complemento retributivo", explicó a preguntas del fiscal, al tiempo que manifestó haberla recibido del entonces secretario general del consejo (Ángel Montero).

No preguntó por su legalidad. La tarjeta de 1996 Blesa la recibió del responsable de Recursos Humanos de aquel momento (Manuel Gutiérrez), según sus propias declaraciones, y se le fue entregando a todos los nuevos consejeros "como práctica consuetudinaria". ¿Por qué admitió esta práctica? El propio Blesa reconoció que no preguntó por el "fundamento normativo o los acuerdos que respaldan todas y cada una de las actividades (...) Uno admite que estas cosas tienen un fundamento. Ha sido ahora, con los informes de Bankia, cuando yo he tenido conocimiento de dónde estaba el origen y el fundamento de esta emisión de las tarjetas, porque a través de mia abogado hemos conseguido las actas de la caja en las que se recoge el origen de esa decisión de dar las tarjetas", explica.

¿Y cuál es ese origen? Blesa lo sitúa el 23 de mayo de 1988, en una Comisión Ejecutiva. "En ruegos y preguntas se plantea la retribución de los consejeros, que consideraban que era, en aquel tiempo, insuficiente. Las dietas estaban limitadas por parte del Banco de España y hay una manifestación por parte del presidente [Jaime Terceiro] donde dice que este problema no se resuelve elevando las dietas al límite establecido por el BdE, por lo que va a elevar al Consejo de Administración". Se buscó entonces, según el testimonio de Blesa, un sistema que compensara los gastos en que incurrieran los consejeros, estableciendo por ello una cifra máxima legal. Por último, Blesa comentó que "hay cosas que al Banco de España no se le cuentan con detalle a no ser que pregunte".

Declaraciones íntegras de Ildefonso Sánchez Barcoj

El que fuera director financiero de Caja Madrid y Bankia, Ildefonso Sánchez Barcoj, acudió la semana pasada a declarar como presunto cerebro detrás del escándalo de las tarjetas 'B' de la entidad ahora nacionalizada. El exdirectivo negó haber planificado nada en relación a las tarjetas; aseguró haber sido responsable de la Dirección de Auditoría, situada incluso en un piso distinto de las oficinas centrales de la entidad, para posteriormente ser director de Medios en 2000. En 2007 además pasó a ser responsable del área financiera hasta que en 2010 se desvinculó de la entidad.

La primera tarjeta, en 1999. "Cuándo y por quién se tomó la decisión de emitir las tarjetas lo desconozco. El primer conocimiento que tengo es cuando se me comunica que me van a dar una (...) en el año 1994 no es que no esté en el comité de dirección, es que no estoy ni físicamente en Caja Madrid ni en Madrid, porque estoy en una filial en Valencia. ¿Cuándo se creó exactamente? No lo sé", desarrolla Sánchez Barcoj, que puntualiza que él recibió la primera tarjeta entorno al año 1999. Se lo comunicó el presidente y se la dio físicamente el director de Medios de entonces (Manuel Gutiérrez).

El fiscal, posteriormente, le preguntó sobre el posible uso de esta tarjeta: "A mi me dijeron que era un complemento retributivo que se podía usar con flexibilidad. un complemento instrumentado en una tarjeta, con lo cual se le podía dar el destino que cada cual quisiera conforme a su cometido. Tanto para temas privados como para temas de la empresa. Otra cosa es el uso que le diera cada uno", respondió. Posteriormente, el antiguo directivo de Caja Madrid, uno de los más veteranos en la entidad, explicó cómo funcionaba el sistema ejecutivo en la caja, con "un montón de dependencias": Había un comité de dirección formado por una decena de altos cargos. "Luego hay grupo de personas que depende jerárquicamente del presidente (...).

"¿Quién emite el plástico? Lo emite Sistemas y Operaciones, el departamento donde está Tarjetas. Cuando una empresa se hace un autocontrato, alguien toma la decisión. Contabilidad, que está en otra unidad, decide cómo se contabiliza y después todos los temas de legalidad y fiscalidad está en competencia de Secretaría General", tal como continuó en su explicación Sánchez Barcoj, que a su vez se explayó sobre cómo funcionaba el sistema retributivo "en la casa" durante su responsabilidad como director de Medios.

Tal como recuerda Barcoj, bajo su responsabilidad hubo dos actualizaciones retributivas importantes: "Una en 2004, mientras operaba un plan estratégico a tres años, porque había una preocupación de que perdíamos ejecutivos. hubo un goteo permanente de gente que recibía ofertas sobre todo de la competencia y perdíamos ejecutivos. Entonces, el comité de Retribuciones encargó un informe a una consultora externa, que era HaysGroup que le hizo un doble encargo: Uno sobre cómo estaban las retribuciones en las empresas comparables en Caja Madrid y otro sobre las retribuciones del consejo", explicó.

El presidente repartía. Así, se decidió que el presidente contase con una masa salarial para repartir discrecionalmente entre todo el equipo de alta dirección. A partir de ahí, se estableció la norma de que la retribución del presidente (Blesa en este caso) sería al menos un 15% más alta que la del siguiente directivo mejor pagado. "Después de eso, el presidente iba a la Comisión de Retribuciones y comentaba cómo era esa distribución. Entonces llegaba al director de Medios y de forma verbal le decía sus decisiones. Dentro de ese margen, el presidente distribuía, si bien cada vez que quería aumentar este límite tenía que consultarlo con la Comisión de Retribuciones", añadió.

Sánchez Barcoj insistió durante su comparecencia en recalcar que era el presidente el que decidía a qué directivos se les entregaba tal o cual tarjeta, y que el presupuesto se establecía de forma anual, si bien funcionaban "operativamente" con un límite mensual. "Es una tarjeta normal y corriente, como la que puede tener cualquier empresa. Lo que había que controlar es que esa tarjeta no se excediera en el gasto que le había asignado su jefe. A mi me parecía una actividad ordinaria: En la Dirección de Medios mis secretarias podían hacer una comunicación al Departamento de Tarjetas porque el presidente había decidido cancelar una tarjeta o aumentar el gasto de otra", relató.

Una competencia del presidente. A preguntas del fiscal, el antiguo director financiero concretó que "la comunicación de las nuevas tarjetas las hacía el presidente ejecutivo a la persona que fuere", y las renovaciones, a no ser que hubiera una cancelación, se iban renovando y emitiendo. Posteriormente, aseguró ante el juez que las cantidades gastadas con la tarjeta no fueron declaradas por su parte: "La comunicación que se nos hizo es que esa cantidad era neta. Yo declaraba las cantidades que nos decían que teníamos que declarar: Había unos conceptos que eran la nómina, y otros conceptos que eran beneficios sociales... Cuando nos llegaba la declaración de final de año nos decían los conceptos por los que teníamos que declarar y por cuales no", señaló, al tiempo que reconoció que el concepto de la tarjeta no se incluía, al igual que el coche de empresa.

Sánchez Barcoj manifestó posteriormente que le resultó "chocante" que en 2011, el entonces presidente, Rodrigo Rato, le diera una nueva tarjeta para gastos. "Porque el RD 2/2012, que se acababa de publicar, nos limitaba los sueldos a 600.000 euros por todos los conceptos. Es decir, dejé de tener fondo de pensiones... es decir, que iba a cobrar, por aquí o por allá, 600.000 euros (...) Al extinguirse Caja Madrid las tarjetas se extinguieron", detalló, y recalcó que las nuevas emisiones de tarjetas en Bankia fueron decisión exclusiva de Rato, ya que los acuerdos de la caja ya se habían extinguido.

"Una cantidad pequeña". Barcoj reivindicó posteriormente sus años en Caja Madrid y su paso a Bankia, con el que pasó a ganar menos dinero. "Teniendo esas circunstancias, que por una percepción de una tarjeta, que por una cantidad tan pequeña en relación a mi salario se pueda pensar que yo quería rapiñar a través de esa tarjeta... yo lo que quiero es que se demuestre", reclamó.

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