"Ante los acontecimientos de diciembre de 2003 en Chamartín, se incrementaron las medidas de seguridad ante posibles acciones terroristas". Así lo ha reconocido el director de Órganos Centrales de Riesgos de Renfe.
Cámaras y cierres de vigilancia, sistemas de grabación, incremento de efectvos, revisión de vehículos, etc. el incremento de medidas se produjo en diversas direcciones.
De hecho, desde 2002, todos los billetes de Renfe que se compran incluyen un suplemento para financiar estos sistemas de seguridad antiterroristas en los trenes —porcentaje que se amplió en 2003—.
Sólo en Atocha
En Alcalá de Henares, donde los terroristas cogieron los trenes, "sólo había cámaras de circulación que enfocaban a las vías [...], con la tasa se incluyeron en la planificación de dotarlas con sistemas de grabación, pero el 11-M no había este tipo de cámaras todavía", afirma el testigo.
Alcalá no era excepcional
No obstante, la de Alcalá no era una excepción: "El 11-M la mayoría de las estaciones de Cercanías no disponían de cámaras de seguridad", asegura.
De hecho, desde Alcalá hasta Atocha "sólo hay vigilantes en algunas estaciones, y los situamos de modo aleatorio para evitar rutinas", agrega el testigo.
Plan de contingencia
El testigo asegura que a partir de diciembre de 2003, se intensificaron las medidas de seguridad en las estaciones de Cercanías: "Se aumentaron los efectivos de seguridad ante posibles acciones terroristas, a la vista de los sucedido en los días de diciembre".
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