El hombre tiroteado ayer en Mirasierra había sufrido un atraco unos días antes

  • Pudo haber sido disparado por uno de los atracadores, que temía ser reconocido. 
  • La víctima se encontraba en el interior de su coche en la calle La Masó número 2, en el norte de la capital.
  • Los vecinos denuncian la inseguridad de la zona.
Facultativos del Samur atienden al varón de 57 años herido de gravedad en Mirasierra (AYUNTAMIENTO DE MADRID)
Facultativos del Samur atienden al varón de 57 años herido de gravedad en Mirasierra (AYUNTAMIENTO DE MADRID)
AYUNTAMIENTO DE MADRID
Facultativos del Samur atienden al varón de 57 años herido de gravedad en Mirasierra (AYUNTAMIENTO DE MADRID)

Un hombre de 57 años y nacionalidad española fue tiroteado ayer en la calle La Masó número 2, en la urbanización de Mirasierra por causas que aún se desconocen.  Casado y con hijos mayores, Pedro, calificado por los comerciantes de la zona de "encantador" y "nada problemático", trabaja en el establecimiento desde hace más de cuatro años.

La víctima ingresó en estado grave pero estable en el hospital de La Paz, con una herida de bala en el hombro izquierdo, según informó un portavoz de Emergencias Madrid a 20 minutos

Todo apunta a que el disparo pudo deberse al miedo del atracador a ser reconocido.

El sábado pasado, tres encapuchados armados con pistolas y cuchillos atracaron el supermercado.

"Entraron por la puerta de emergencia, cogieron al pollero y le amenazaron para que Pedro y otro compañero les abrieran", relató ayer una vecina a 20 minutos.

Miedo a ser reconocido

La víctima "pensó que se trataba de una broma de sus compañeros e hizo el amago de quitarle a uno de ellos la braga con la que ocultaba el rostro", según la Policía. Los atracadores les robaron "el dinero y los móviles a los tres trabajadores y se fueron".

Tras este incidente, los vecinos apuntan a la venganza como causa del disparo.

Un barrio "sin vigilancia policial"

Los residentes de las urbanizaciones de Mirasierra, una zona «aparentemente tranquila», dijeron ayer que están "muy inseguros".

"La Policía apenas patrulla por aquí y la verdad es que tenemos el susto en el cuerpo", explicaba ayer Roberto Avilés, empleado de una peluquería.

Otra vecina residente de la calle Costa Brava, donde se ubica el supermercado en el que trabaja Pedro, criticaba ayer "el intenso tráfico de drogas que hay al final de la calle". En lo que va de año han muerto en la región 22 personas de forma violenta.

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