El arte del 'flyer' en la edad de oro de las 'raves' en Inglaterra

  • La antología 'Rave Art' reúne centenares de ejemplos del diseño gráfico anónimo que surgió en torno a las fiestas electrónicas de finales de los años ochenta.
  • Era la época preinternet y los 'flyers' cumplían con el cometido de distribuir la hora y el lugar de las 'raves' clandestinas que proliferaron en el país.
  • Con diseños simples y rápidos, basados, como la música 'dance', en el 'collage', en los anuncios hay referencias a entonces nuevas drogas de club como el MDMA.
Un número de teléfono es la única información de este 'flyer' de una 'rave' de 1989
Un número de teléfono es la única información de este 'flyer' de una 'rave' de 1989
From 'Rave Art' - Carlton Publishing Books
Un número de teléfono es la única información de este 'flyer' de una 'rave' de 1989

Freedom to Party (Libertad para estar de fiesta). Una de las consignas políticas de los jóvenes ingleses de finales de los años ochenta era así de concisa y, pese a la apariencia hedonista, así de antisistema. Bajo el lema se organizaron manifestaciones, concentraciones y otros actos de protesta procedentes de los grupos de habituales a las raves, las fiestas, casi siempre clandestinas, libres, semiimprovisadas y gratuitas dominadas por la música electrónica dance y las nuevas drogas de club, sobre todo el MDMA o éxtasis.

Tan espontáneos como las celebraciones musicales, que proliferaron en toda Inglaterra a partir de 1987 y alcanzaron el clímax en el llamado Segundo Verano del Amor de los dos años siguientes, los flyers, panfletos de pequeño tamaño y producción rápida, se convirtieron en el medio de promoción y anuncio para comunicar dónde y cuándo se celebraban las raves.

Boca a oreja colectivo

Antes de que las fiestas se comercializaran para convertirse en un negocio más y las grandes discotecas acabaran con las fiestas improvisadas —cosa que consiguieron con la con la Criminal Justice and Public Order Act (Ley de Justicia Criminal y Orden Público) aprobada en 1994—, en una época en que Internet no era más que un balbuceo, los flyers eran el boca a oreja colectivo para saber el lugar y el momento en los que era necesario estar.

Rave Art (El arte del 'rave') reúne centenares de ejemplares de aquellos panfletos anónimos. Editado por Carlton Books y coordinado y escrito por Chelsea Louise Berlin, una londinense que afirma no haberse perdido una sola de aquellas celebraciones de la edad dorada de la electrónica en el Reino Unido y que de todas ellas conservó material gráfico, el volumen se presenta como la primera antología dedicada a los flyers, las tarjetas de entrada vip y los carnets de socio de los locales más calientes de la época.

Retorno a la psicodelia

Con diseños simples y rápidos, basados, como la música dance, en la idea de collage, en los anuncios hay referencias a las entonces nuevas drogas de club —los iconos de smileys son habituales— y un retorno a la psicodelia en la que se habían sumergido los padres de los ravers y a la que ahora estos regresaban por la vía del trance hipnótico de la música acid o house.

En la antología aparecen flyers de Shoom y Spectrum, los primeros templos británicos de la cultura musical del acid house, donde los míticos pinchadiscos Danny Rampling y Paul Oakenfold aplicaban las lecciones que habían aprendido en discotecas seminales de Ibiza como Ku, la llamada "discoteca más bonita del mundo", Amnesia y Pachá.

Salvocunducto secreto

Los flyers reunidos en Rave Art tienen el valor añadido de que formaban parte de una especie de salvoconducto secreto, sólo entregado a asistentes a una fiesta anterior para indicarles el lugar y fecha de la siguiente. No llamar demasiado la atención con carteles grandes y de reparto masivo era necesario para evitar que la Policía interrumpiera la jarana y porque en ella abundaría el consumo de drogas ilícitas.

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