Uno de cada tres hijos nace aquí fuera del matrimonio

Hace una década sólo uno de cada diez tenía una madre soltera. Málaga es la provincia andaluza que registra más alumbramientos sin pasar por el altar.
Bien sea porque lo deciden ellas mismas con la ayuda o no de la reproducción asistida, bien porque el padre no quiere hacerse cargo, cada vez hay más malagueñas solteras que se convierten en madres.Si hace diez años los niños que nacían fuera del matrimonio no superaban el 13%, ahora suponen nada menos que uno de cada tres. Un porcentaje (33%) superior a la media española (26%).

Y es que aunque las estadísticas no distinguen si la madre tiene o no pareja de hecho, es en Málaga donde el matrimonio importa menos a la hora de procrear de toda Andalucía. Según los datos del Instituto de Estadística de Andalucía –correspondiente al tercer trimestre del 2006–, de los 4.792 nacimientos que hubo en la provincia, 1.589 fueron de mujeres no casadas. Una circunstancia que se da, en menor medida, en otras provincias costeras: en Cádiz, Almería y Huelva, los hijos de madre soltera rondan el 30% de los alumbramientos.

Por contra, el interior es más conservador y elige pasar antes por el altar. En Jaén, las madres solteras suponen el 16% mientras que en Granada, Sevilla y Córdoba, algo más: un 20%.

Otro de los cambios que se viene produciendo en la sociedad en los últimos años y que se reflejan muy bien en las estadísticas son los nacimientos de hijos de inmigrantes. Basta con repasarlas para constatar que sin ellos el crecimiento de la natalidad que experimenta Málaga sería imposible: entre 2003 y 2006 se han incrementado un 18%.

Si entre enero y septiembre de 2003 vinieron al mundo 4.064 bebés, el año pasado se contabilizaron casi 800 más: 4.792. De ellos, 1.061 (un 22%) tenían al menos un progenitor extranjero, o los dos. Esto supone que de cada cinco partos que se producen, en uno hay presencia de inmigrantes. En 2003, éstos no superaban el 16% del total.

En persona

Marina Castillo 20 años (Málaga).

Tuvo un hijo hace siete meses. «El padre no quiso tener al niño cuando me quedé embarazada, pero yo sí. Desde que mi hijo Daniel tenía un mes, yo iba echando currículum con él a cuestas. Mi madre no puede tenerlo siempre. Ahora trabajo como cajera en un supermercado. En algunos sitios cogen antes a las madres solteras porque saben que necesitamos el dinero... Por eso nos pagan menos».

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