La asociación Nuevos Vecinos de Montera, recién creada por un grupo de propietarios de esta céntrica calle, considera que debería ser la Administración la que, al igual que en la Gran Vía o la plaza Mayor, instale cámaras de vigilancia que disuadan del ejercicio de la prostitución.

Sin embargo, "como el Ayuntamiento no ha puesto cámaras, los vecinos piensan colocar una webcam para 'colgar' las imágenes de la calle en directo en Internet", asegura Juan Antonio Díaz, miembro de la asociación.

Los vecinos  se han puesto en manos de sus abogados para conocer la legalidad de esta actuación.

Su mayor interés ahora, a poco más de un mes de las elecciones autonómicas y municipales del 27-M, es evitar que, "una campaña electoral más, la historia se vuelva a repetir" y que "todos los candidatos prometan acabar con la situación de degradación de la calle Montera" sin que el problema llegue a solucionarse.

Más de un centenar de meretrices 

Los vecinos recuerdanque el alcalde y candidato del PP a la reelección, Alberto Ruiz-Gallardón, "se comprometió públicamente a poner fin a esta situación".

"Las mafias -afirman- continúan explotando sexualmente a decenas de jóvenes en la calle, especialmente durante la noche", y "las autoridades siguen sin resolver una situación insostenible para los vecinos y comerciantes, los que quedan en la zona, puesto que muchos han tirado la toalla y han abandonado el barrio".

Un centenar de meretrices

En concreto calculan que más de un centenar de prostitutas trabajan cada día en su calle, en concreto, en los apenas 30 metros de acera comprendida entre la calle San Alberto y la Red de San Luis, junto a Gran Vía.

"Regresar por la noche a casa en el barrio es todo un atrevimiento" y "son continuos los enfrentamientos con chulos y prostitutas por el simple hecho de intentar acceder a las propias viviendas", explican vecinos como Cristóbal, Emilio o Ana, que aseguran que "las peleas y gritos nocturnos son también frecuentes de madrugada".

Conscientes de que es necesaria "una solución global para este complejo problema", piden que "al menos se palíen cuanto antes los inconvenientes derivados del ejercicio de esta actividad alegal, incompatible con la vida vecinal y alrededor de la cual se mueve con facilidad la delincuencia".

Estos vecinos aplauden "la presión policial y apoyan los controles en el acceso a los inmuebles de la calles Jardines y Caballero de Gracia que funcionan como prostíbulos encubiertos.

Creen "rotundamente fracasado" el plan contra la explotación sexual puesto en marcha hace dos años y ven con buenos ojos "los ejemplos de otros ayuntamientos, como el de Barcelona".