El sindicato UGT-A ha afirmado este jueves que la productividad no es cuestión de cantidad sino de calidad y ha pedido una política empresarial "digna" después de conocer los datos del informe del Instituto de Estudios Económicos sobre la cantidad de horas trabajadas al año en distintos países en el ámbito internacional, donde Andalucía (con 1.653) y España (con 1.665) se encuentran muy por encima de las cifras obtenidas por el resto de países de su entorno socioeconómico.

A pesar de estos datos, la secretaria de Organización de UGT-A, María del Mar Serrano, ha apuntado que "el tejido empresarial andaluz no hace más que acusar a los trabajadores de su escasa productividad al tiempo que pretende, día tras día, incrementar las jornadas de trabajo en las mesas de negociación colectiva".

"Es sencillo recurrir siempre a la parte más indefensa, a los trabajadores, a la hora de llevar a cabo ajustes y modificaciones en la producción de las empresas, los miles de injustificados expedientes de regulación de empleo (ERE) emprendidos en Andalucía son un claro ejemplo de ello", señala la responsable sindical.

En este sentido, ha indicado que para ser más competitivos se necesita una política empresarial digna de la sociedad, que apueste "claramente por la innovación, por la continua mejora y modernización de sus procesos productivos y, como no puede ser de otra forma, por la generación de empleo estable y de calidad".

"La clase empresarial andaluza, y por ende la española, tiene que hacer caso, de una vez por todas, a la infinidad de estudios universitarios y sindicales que ponen de manifiesto que los trabajadores son mucho más productivos cuando desempeñan sus jornadas de trabajo en unas condiciones laborales óptimas, sintiéndose copartícipes y corresponsables del futuro de la empresa, en un clima de cordialidad y seguridad que les permita dar lo mejor de cada uno de ellos y, a su vez, siendo correspondidos con un salario digno que con el que puedan desarrollar sus proyectos de vida", señala.

Para el sindicato es la hora de elegir "entre quienes abogan por anteponer el capital a la sociedad o quienes, por el contrario, demuestran día a día que beneficio económico y estado del bienestar no solo no son incompatibles sino que, además, son complementarios".