Marlango: "Sueño con un lugar donde haya consecuencias, responsabilidades y empatía"

  • El dúo compuesto por Leonor Watling y Alejandro Pelayo presentan su sexto disco: 'El porvenir', el segundo que cantan en español.
  • "Sueño con que haya un porvenir, al menos que haya un sitio hacia el que mirar", dice la actriz y voz del grupo, además de autora de las letras.
  • "Cada vez discutimos más, como matrimonios viejos", bromea Alejandro.
Marlango publica su sexto trabajo, 'El porvenir'
Marlango publica su sexto trabajo, 'El porvenir'
JORGE PARÍS
Marlango publica su sexto trabajo, 'El porvenir'

Bromeando empieza la entrevista: "Pedimos una hipoteca para el más porvenir", dice Alejandro Pelayo, esa mitad musical de Marlango, que lleva desde las siete en pie, y no parece haber dormido mucho: "Es que con niños pequeños...". Leonor Watling resta importancia a eso de madrugar y parece que en general tiende a relativizar y sacar una sonrisa o a veces una sonora carcajada que llama la atención y contrasta con su especial y hermosa voz.

Su nuevo trabajo, El porvenir (de ahí a la broma inicial) , cuenta con la colaboración de Bunbury, alguien a quien tenían muchas ganas de tener en sus canciones. Fue el tema Dinero el que al fin les dio la oportunidad. En mitad de este 'desastre' o crisis con el nuevo significado que acaba de añadir la RAE escribir y cantar Dinero parece que viene muy a cuento, y a su vez optar por un futuro, aunque sólo sea uno, y dárselo al título del álbum.

Con ese título, ¿qué porvenir sueñan?

Leonor: Uno, por lo menos que haya un sitio hacia el que mirar. Lo bonito de esa palabra que viene de un poema de Ángel González, está inspirada en él, y que no tiene traducción al inglés la palabra, es que nunca termina de llegar, y en ese espacio es donde uno puede meter todos los sueños que quiera.

Alejandro: Cuando uno va a tocar a una ciudad y está lleno de gente y no conocemos a nadie es difícil encontrar palabras para agradecerles que te dediquen esa noche, que en ese momento de ocio que te escojan. Esa sensación de qué quiero que me pase en el porvenir es eso.

Decía: por lo menos tener un sitio hacia el que mirar... ¿Qué sitio?

Leonor: Sueño con un sitio en el que haya consecuencias y responsabilidades, donde vuelva el sentido común al capitalismo que en sí no es malo pero si empieza el centrigufado y se sale de control no tiene ningún sentido. Un sitio en el que haya empatía, que es una de las características más hermosas del ser humano. Es necesaria evolutivamente, no está ligada ni a una raza ni a una religión ni a un territorio. La empatía la llevamos dentro y a veces se nos olvida.

Hablando de esto, casi salta solo el tema educación, ¿tienen la sensación de que nada de esto que están diciendo está en general en nuestro sistema?

Leonor: La educación fundamental es la de casa, hay una parte de la educación que hay que compartir y otra que no puedes poner el peso de todo en ello.

Sí, pero a veces va casi en contra lo que les enseñan fuera...

Leonor: Yo tengo mis propias ideas y me interesa mucho, pero tendría educación obligatoria laica mixta y todos los edificios más bonitos de las ciudades serían colegios y...

Y música no sería una hora a la semana...

Leonor: Ni Educación Física tampoco ni Pintura ni Diseño de redes. Hay muchas cosas que pueden cambiar y que cambiarán supongo, porque todo viene de una necesidad.

Un buen disco es como una buena novela, o un buen poema, y en vuestro caso hay mucha influencia de la literatura, ¿a qué novela se parece este disco?

Alejandro: Es un libro de viajes. Las giras por el continente americano nos han afectado mucho, y está todo como desubicado, sacamos las canciones mucho de contexto. Queremos que las canciones sean un escenario para que quien las escucha decida dónde las ubica o para qué las necesita. Es lo que más nos gusta: que no haya nada obligatorio en lo que hacemos.

Pero..., ¿alguna novela?

Alejandro: (Ríe) Hay que pensarlo un rato. Me gustaría mucho que se pareciera a Moby Dick.

Leonor: Yo prefiero que se parezca a Kafka en la orilla, pero no, no, eso son libros que nos gustan, pero esto necesitaría pensarlo.

Y como poeta en este disco, ¿Ángel González?

Leonor: Sí, totalmente.

Alejandro: Y José Hierro. Su poso hace tiempo que está en nuestra música. Los conocimos y nos dejaron una huella grande en lo profesional en lo personal. Qué suerte tuvimos de poder compartir mesa, mantel, conversación y paseo con estos dos genios de la poesía.

¿Qué sienten cuando se dice Ángel González y ni siquiera se sabe quién es?

Leonor: Sí, te preguntan: ¿y en qué equipo juega?

¿Qué les inspira más: la literatura, la música, la vida?, ¿lo propio se mete mucho?, ¿se mezcla todo?

Leonor: Es una mezcla, pero todo pasa siempre por lo propio, el cristal por el que miras. Somos muy visuales para comunicarnos y como la música no tiene palabras nos comunicamos mirándonos, porque hablando a veces te tiras cuatro horas discutiendo.

¿Discuten mucho?

Alejandro: Cada vez más, como los matrimonios, como viejos...

Leonor: Yo creo que tenemos una relación casi de hermanos en el sentido de que no tienes respeto, que sueltas la chancleta, eso que haces con un hermano, que dejas soltar los perros y que no lo haces con alguien con quien no tengas esa relación.

No sé si para él es tan catártico como parece que lo es para usted, Leonor....

Alejandro: Yo tengo que salir a correr todos los días porque si no no acabaríamos con violencia física. Tanto tiempo juntos....

Eso de la violencia igual...

Alejandro: No, no, pero violencia física porque me pega ella a mí.

Leonor: No, él no discute mucho, yo soy más verbal.

"Lo mejor que le puede pasar a las canciones es que le sirvan a alguien", dice Benjamín Prado al hablar de ustedes, y ¿lo mejor que les puede pasar a quienes las cantan, en este caso, ustedes?

Leonor: Que te sigan sirviendo a ti también, que te las puedas volver a poner cada noche y te permitan contar algo que sea verdad y no algo que sea como una chaqueta que te va ya pequeña y que estás incómodo. Cuando nos pasa con alguna la dejas de tocar y fuera.

Preguntar si este trabajo es el que más les gusta es como decir qué hijo prefieres, pero...

Alejandro: El mayor.

Leonor: Él lo tiene muy claro. Quizá el último sí sea más el del momento, el de ahora soy esto.

¿Es el que más se acerca a lo que queríais hacer?

Leonor: No.

Alejandro: No, todo es parte del proceso. A medida que terminas un disco miras desde otra perspectiva los anteriores. Son parte del proceso para llegar a las que están. Hacemos todo el tiempo la misma canción.

Como los novelistas que escriben siempre la misma novela...

Leonor: La sensación es de que es como un círculo, una espiral.

Alejandro: Todas las canciones son primas hermanas entre sí, ahora nos toca aprender a convivir con estas primas hermanas nuevas que están en desigualdad de condiciones con las otras que ya se las saben. Así que el cariño está por venir. Tenemos que ir conociéndonos. Esa rotundidad de este es tu mejor disco porque es el último..., pues...

Leonor: A mí no me pasa lo mismo. Lo contrario: en directo, las nuevas son las que más se parecen al sitio donde estoy. Son las que acabas de hacer, las que acabas de cocinar, y a veces pasa que canciones del primer disco están igual de cerca, pero vas ampliando el círculo. Estamos intentando contar algo que está en el centro y cada vez tienes más armas para llegar.

Y no se olvidan de contar lo que sucede alrededor, la canción 'Dinero' es bastante directa, aunque haya dicho que el capitalismo no es malo...

Leonor: Es maravilloso el capitalismo. Lo digo como si supiera mogollón. Esa canción habla de lo que hay...

No es tan fácil escapar...

Leonor: No, te impregnas. No somos impermeables.

Alejandro: No te puedes escapar.

"Rehén de lo que uno sueña", escribe Prado, ¿cuáles son los suyos?

Alejandro: Hace mucho que no sueño, la verdad, con los niños pequeños...

Ya, pero los otros, los que soñamos despiertos, los que a veces hasta nos torturan y otras nos hacen felices...

Alejandro: Que cambien las cosas, con que haya un cambio me vale. Somos incluso ya un poco conformistas: con que haya uno ya sería mucho y aunque sea para mal.

¿Cree que somos conformistas?

Alejandro: Sí, porque al final tenemos lo que nos merecemos, casi todo pasa por nosotros.

¿Hemos llegado hasta aquí porque nos hemos dejado?

Alejandro: Claro.

Leonor: Yo me he ido a otro lado, estaba pensando en otros sueños. En realidad si me paro a pensar es mi día a día, es bastante cercano a lo que sueño. Tengo mucha suerte. Y a la vez te engancha esto, escribir canciones, contar lo que te pasa, eres rehén también de eso, no puedes parar. Mi sueño era vivir en otro mundo y así me lo invento.

Y si uno es dueño de lo que admira, como cuentan en su web, ¿qué o a quiénes admiran ustedes?

Alejandro: Los que hacen las cosas por una necesidad y una manera personal y artesana, eso no puedo dejar de mirarlo, y si además hacen canciones... El punto artesanal me gusta mucho. Fito Páez, Bunbury...

Una colaboración inesperada la de Bunbury...

Leonor: Llevábamos mucho tiempo esperándolo, tener una canciín que pudiéramos ofrecerle, y llegó cuando escribimos Dinero.

¿Qué piensan de los que sí bajan el listón 'culturalmente'? Llevan justo diez años en la música: pueden hacer una valortación de la década.

Leonor: Siempre ha habido una cultura de consumo rápido, igual que una cocina rápida.

Alejandro: En la música es mucho mejor momento ahora que hace diez años. Había más discográficas, más salas, había una cantera, y de toda esa cantera se quedaron por el camino un porcentaje. Ahora hay mucha más cantera que es autogestionada, autoproducida,  y si tuviera que apostar, apostaería porque esos dentro de diez años seguirán todos. Ahora todo es más contundente. Nosotros nacimos con Operación Triunfo, en ese momento y ahora donde mire veo cosas que me gustan. Y todas son autogestión y están llenando y cada vez más. Y seguirá pasando al margen de lo que ocurra en política o economía.

¿Les molesta que por cultura se entienda demasiadas veces sólo cine y no entre la música, o no la clásica?

Alejandro: Es como si no existiera la cultura, no estamos acostumbrados a la cultura. Nosotros sentimos la necesidad de contar algo, lo escribimos, buscamos dónde y cómo. Por eso me hace mucha gracia cuando dicen la gente de la cultura subvencionada. No sé de qué me están hablando. Hemos hecho siempre música y seguiremos haciéndola y me da igual lo que hagan los políticos. No me afecta. Nos acribillan con el 21% y es muy doloroso, es una puntilla, pero tocaremos más y seremos menos en la gira, pero continuaremos. Justo no es.

Leonor: En vez de ir con 5 músicos tienes que recortar, se queda mucha gente por el camino.

Seguirán haciendo música, hagan lo que hagan los políticos, ¿alguna vez han visto a alguno en sus conciertos?

Alejandro: Una vez nos pasó. Un personaje, y nunca mejor dicho, en primera fila. Pero es un país libre.

Leonor: Yo nunca me he significado políticamente, sólo una vez contra la guerra de Irak, y eso era general. Pese a eso hay una decisión externa de que soy de una determinada ideología, pero nunca he dicho nada y tengo mucho cuidado de no decirlo. De todos modos no debemos generalizar, no todos son malos o buenos.

Alejandro: Pero es verdad que ahora mismo la clase política son como los parias de la sociedad. Ellos solos han convertido su profesión en una cosa muy marginal, ahora mismo está muy mal visto por la sociedad. Se lo han ganado. La parte más marginal de la sociedad ahora mismo es la clase política. Les va a costar salir de ahí.

El porvenir, si conseguimos que sea bueno, no parece que vaya a pasar por ellos, ¿no?

Alejandro: Hay que hacer una limpieza en el Parlamento y en el Senado y en el Congreso muy grande.

Leonor: Lo triste es que no es así de fácil, no son ellos y nosotros. Lo triste es que a quienes les dieron la tarjeta, todos menos tres la cogieron. Y si te la dan a ti o a mí hace unos años seguramente la cogeríamos también porque era la ética que había. Eso es lo triste. Me gusta la visión de un batería, Ricardo Moreno, que dice: no hay ellos y nosotros, ellos son tú en esa posición. Hay que mirarse uno y luego mirar. Ahí está la solución de la educación, del pirateo, de las tarjetas.

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