Uno de cada siete jóvenes que viaja de turismo a España ya va borracho en el vuelo

  • Los pasajeros llegan de media con unas cuatro horas de antelación al aeropuerto, y beben alcohol antes de subir al avión.
  • Una encuesta revela que la euforia del viaje es el principal motivo.
  • Uno de cada tres viajeros se siente incómoda
Una fiesta con turistas ingleses en una playa de Palma de Mallorca.
Una fiesta con turistas ingleses en una playa de Palma de Mallorca.
GTRES
Una fiesta con turistas ingleses en una playa de Palma de Mallorca.

Uno de cada siete turistas jóvenes que vienen a España reconoce ir borracho durante el vuelo, comportamiento que molesta al 31% de los pasajeros, según una encuesta realizada por Jetcost.com.

Teniendo en cuenta que los pasajeros llegan al aeropuerto con 3 horas y 52 minutos de antelación de media, beber alcohol se convierte en la actividad más practicada entre los pasajeros de 18 años antes del despegue del vuelo.

De hecho, el 49% de los encuestados que llegó ebrio a su vuelo admitió que había empezado a beber en el aeropuerto antes de embarcar, mientras que el restante 51% dijo que empezó a beber alcohol cuando ya estaba en el avión. De una forma u otra, la mayoría de los pasajeros señaló la euforia del viaje como argumento a la hora de alcoholizarse.

No obstante, algunos de los encuestados recurrieron al alcohol para tratar de calmar los nervios que produce volar o para pasar el tiempo.

Por otra parte, casi un tercio de los encuestados, el 31% admitió sentirse "incómodos" o "ligeramente nerviosos" en un vuelo cuando se dieron cuenta de que uno o más pasajeros iban borrachos.

Efectos impredecibles

"Embarcar borracho en un vuelo no es nunca una decisión sabia. Incluso la mejor persona del mundo puede actuar de forma totalmente fuera de lo normal mientras está bajo la influencia del alcohol", señaló el presidente de la compañía, Antoine Michelat.

Y es que algunas horas en un espacio pequeño compartido con un montón de gente, puede dar lugar a "todo tipo de situaciones", advirtió.

De hecho, en ocasiones los propios tripulantes de cabina deben mandar callar o intentar razonar con pasajeros que se han tomado unas copas de más, al no poder explicar las normas de seguridad al resto de pasajeros. Incluso, han existido casos en los que los pasajeros se han encontrado a jóvenes dando vueltas en la cinta de equipaje en el aeropuerto al ir a recoger sus maletas.

Por otro lado, algunas compañías aéreas son muy estrictas a la hora de permitir el embarque a pasajeros borrachos.

"Tomarse una copa o dos en el avión para relajarse o empezar con una sonrisa las vacaciones no es una mala idea, pero arruinar su primer día de vacaciones porque va demasiado borracho, sí lo es", puntualizó Michelat.

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