Etgar Keret: "No creo que Israel sea la culpable, pero sí es la responsable de liderar el cambio"

  • El escritor israelí ha venido a España a presentar 'Siete años de abundancia'.
  • "Como ciudadano israelí siempre me enfrento a una visión simplista del conflicto, así que la expresión pedir perdón no es la correcta", dice el autor.
  • "No hay un libro escrito que pueda parar una bala", comenta el escritor descendiente de supervivientes del Holocausto.
El escritor israelí Etgar Keret
El escritor israelí Etgar Keret
ANNA KAIM
El escritor israelí Etgar Keret

Referente en el relato breve, traducido a treinta idiomas y uno de los intelectuales de Israel con menos temor a expresar sus críticas hacia el gobierno de su país, Etgar Keret (Tel Aviv, 1967), publica en España Los siete años de abundancia (Siruela). Se trata de una serie de piezas personal y biográficas que reunió tras la muerte de su padre y en la que de modo inconsciente acerca al lector a otra manera de mirar, ver, sentir y entender a la sociedad israelí.

En un momento tan complicado como el actual, da la cara, siempre lo ha hecho, sabiendo que aunque él no es el gobierno de Israel ni quien mata a niños palestinos, es inevitable que haya quien lo mire con cierto odio.

¿Siente que por ser israelí tuviera que disculparse como intelectual?

Como soy  hijo de supervivientes del Holocausto, siempre he sentido la necesidad de disculparme por todo. Cuando te crías con padres como mi madre que vio matar a un niño o mi padre que perdió a  su hermana en circunstancias terribles, siempre hay un punto en que te sientes incómodo al comparar tu vida con la que tuvieron tus padres. Pero puedo decir que cuando me presento al mundo como ciudadano de Israel siempre me enfrento a una visión simplista del conflicto, así que la expresión pedir perdón no es la correcta.

¿Quiénes le aplauden y quienes le 'escupen'?

Cuando hago giras por EE UU cada vez que me acerco al sur o centro y me encuentro a un poli ignorante siempre está a favor de Israel. Y siempre que voy a Berkeley o la costa oeste y tengo delante a estudiantes guapísimas me maldicen con odio y escupitajos, y en el fondo de  mi corazón sé que pienso: ¿por qué no pueden ser las guapas las que defiendan Israel en vez de los polis ignorantes?

¿Ellos ven el conflicto tal como es?

Ninguno de los dos me ve o ve la situación por lo que es realmente. La realidad es que no creo que Israel sea culpable de la situación actual, sino responsable de ella. Es deshumanizador cuando la gente reduce el conflicto a una lucha entre víctimas y victimizadores. La responsabilidad por la situación en que nos encontramos es compartida, pero la posibilidad para resolverla está principalmente en manos de Israel. Si los palestinos  tuvieran los líderes más humanistas y valientes tampoco podrían  cambiar la realidad.

¿Y eso?

Porque es la fuerza más fuerte Israel en este conflicto, y por eso creo que hay algo casi infantil en mi país.

¿En qué sentido?

Dicen: "¿Por qué siempre dicen que es nuestra culpa?, es su culpa también, ellos han hecho eso..." Y yo digo: cuando vemos la tragedia en que tenemos que vivir quién tiene la culpa es irrelevante, la pregunta pragmática es cómo podemos salir de este infierno en que nos hemos metido.

¿Cómo?

Con un liderazgo valiente, que no lo tenemos. Sin una capacidad para creer que el cambio es posible este ciclo vicioso de violencia no se va a romper. Y no digo que el único poder para cambiar las cosas sea el poder israelí. Esto ha de ser conjunto entre Israel y Palestina, pero la fuerza que debe  liderar el cambio sólo puede ser la de Israel. Cuando veo a mi gobierno no veo ni una pizca de valentía, ni de confianza en que podamos llevar a cabo este cambio así que no malgasto mi energía sintiéndome culpable por este conflicto.  Uso mi energía para decir cómo podemos cambiar esta situación.

Pero con lo que nos dice, ¿es posible?

No, es imposible con los actuales. El liderazgo en Israel hace todo lo que puede, espero que sea inconsciente, para reforzar el fundamentalismo radical en la sociedad palestina y reducir a los moderados. Es una situación ridícula en la que vemos a un gobierno en Israel que se niega a sentarse en la mesa de negociaciones y hablar con  Habás pero al mismo tiempo sigue negociando de forma indirecta con Hamás. Si tú violas les leyes, matas a la gente y eres agresivo, hablamos contigo: eso es lo que vienen a decir el gobierno de Israel.

Pero si se opta por la vía diplomática...

Si optas por la vía diplomática te vamos a ignorar, eso es lo que está pasando. Cometer un error una vez es triste, pero cometer el mismo error una y otra vez es trágico. La guerra con Gaza es la cuarta vez que hemos vivido este ritual en la última década. Y cada conflicto perdemos un punto de humanidad, nos convertimos en seres más racistas. Es como si nuestro gobierno llevara una caja de herramientas de un sitio a otro, y en ella sólo tenemos  un martillo, así que las dos únicas opciones son: golpear a los palestinos con el martillo o no hacer nada. Y todo este concepto de intento de negociación  casi se convierte en tabú. Ni siquiera debatamos si es moral o humano, veámoslo desde el punto de vista pragmático: si usas la violencia constantemente y no funciona, ¿por qué sigues?

¿Cree que con Siete años de abundancia la gente comprenderá mejor algunas realidades de Israel?

La motivación no fue ésa. Decidí que quería recopilar estas piezas cuando murió mi oadre, este libro para mí es como la lápida que se puede leer y la motivación es casi infantil. Como cuando vas a la guardería y dices a los otros niños: mi padre es más fuerte.

Pero ¿el resultado no contribuye a una visión diferente?

Ese es el poder del arte para cambiar. Normalmente exageramos la capacidad de la literatura para cambiar a la gente.

No, no lo creo en absoluto...

Sí, la tiene, pero la exageramos porque creemos que es más de lo que es. No hay un libro escrito que pueda parar una bala.

Pero sí un pensamiento... Alguien que leyó desde niño, no sólo un libro, muchos más...

Me gusta esa idea. La literatura ofrece una posibilidad de cambio, pero sólo es efectiva en aquellos abiertos a recibir esa posibilidad. Un libro no es una varita mágica que transforma las ranas en príncipes. Me gustaría creer que en España van a leer este libro y al terminarlo van a ver la realidad de otro modo. Me gusta pensar que  los polis no creerán que Israel es magnífica y las estudiantes guapísimas que no somos tan horribles.

O al menos que no todos lo son...

Creo que puede cambiarles el libro pero a la gente que cambia ya estaban abiertos al cambio antes de abrir el libro.

Pero si como padres enseñamos a leer, imagine que en Palestina e Israel hubieran leído todos desde niños... ¿Sería igual la situación?

Sí, de acuerdo, la literatura tiene poder como potenciador de cambio. Mi libro Pizzería kamikaze ha sido traducido al árabe y vendido en Palestina, es el único israelí que se tradujo al árabe en la segunda intifada, y se publicó entonces. Hablé con el editor para ver qué tal, y me dijo que se estaban vendiendo muchos pero tenía que comprobar si era gente que los leía o Hamás para quemarlos.

¿Sabe ya la verdad?

Sí, años más tarde conocí a varios palestinos que lo habían leído y me dijeron: es la primera vez que vemos a la gente de Israel como gente también confusa y con miedo; siempre pensamos que nosotros éramos los confundidos y vosotros, los seguros. Cuando vimos que teníais las mismas dudas ya no parecíais tan distintos.

Eso cuando ustedes tenían contacto, porque ahora...

Sí, te hablo de cuando no había un territorio palestino claro y ellos  vivían bajo el gobierno de Israel, y las interacciones  entre judíos de Israel y palestinos era diario, nos conocíamos todos. Es verdad que a los palestinos se les explotaba, pero nos veíamos todos como seres humanos y cualquiera de Palestina tenía amigos judíos de Israel. No había igualdad pero sí éramos familiares los unos con los otros. Y en la realidad de hoy, los únicos israelíes que conocen son los que entran por la fuerza en su casa y los únicos palestinos que conocemos son los que vienen con los cinturones de explosivos. La separación entre los dos pueblos es tan amplia que es más fácil para los líderes deshumanizar al otro.

En España también le parecerá que tenemos una visión simplista: para una parte importante los israelíes no son precisamente, perdone el maniqueísmo, los 'buenos'; al menos no para la mayoría de la izquierda que es la ideología con la que usted se identifica

A nivel personal no he sentido eso, pero en otros países, sí. Hace tiempo, en Italia, un manifestante entró donde íbamos a leer y nos llamó asesinos de niños. Nos dijo: tenéis sangre en las manos. Un boicot es como construir un muro, no produce cambio, sólo que la gente se asiente más en sus posiciones. Nadie puede cambiar la mente de otro si no le hablas primero.  Prefiero que me maldigan si hace falta a que boicoteen. Si puedo compartir mi opinión igual puedo facilitar el cambio. Un boicot contra las colonias es igual que decir: no tengo ninguna esperanza, no te hablo. Eso no tiene sentido, te niegas a tener diálogo y si eres de la izquierda liberal has elegido el optimismo, creer que la gente puede ser mejor, por eso cuando los fascistas de derechas me dicen: no, no, boicot a las colonias, pues sí, pueden tener razón, pero cuando los de la izquierda liberal hacen lo mismo, entonces ya no, porque un boicot es un acto de desesperación y nosotros hemos elegido la esperanza.

¿Puede entender que para mucha gente Israel no lo está haciendo bien?, ¿puede entender el enfado, aunque se tenga una visión simplista?

Yo puedo decirles a todos los españoles que Israel no está haciéndolo bien, y tienen razón, pero plantearse que la sociedad de Israel es una única y homogénea es como si cuando Berlusconi y todo su caso pensaran en España que todos los italianos eran ricos, sin moral, gritones, maleducados, ansiosos por tener sexo con prostitutas menores de edad. Pero no, nadie pensó que todos los italianos fueran Berlusconi ni que todos los estadounidenses fueran Bush.

Con ustedes no ocurre igual, ¿eso quiere decirme?

El arma que es el boicot cultural se usa contra Israel pero rara vez la usen contra Irán o Rusia o China, es casi como un arma exclusiva que se usa contra Israel. Y no digo que deberían usarlo contra Rusia, boicotear las películas iranís no va a conseguir un liberalismo en su sociedad, pero en un mundo con varias sociedades no justas y gobiernos poco correctos sólo Israel se lleva el boicot cultural.

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