Visitas ecológicas en el entorno de la ciudad

En las inmediaciones de Zaragoza, sólo con acercarse hasta Juslibol, se puede disfrutar de los humedales del galacho, pero también de la estepa que mira hacia el río.
Un grupo de visitantes disfruta de una visita guiada por el Soto de Canatalobos.
Un grupo de visitantes disfruta de una visita guiada por el Soto de Canatalobos.
Un grupo de visitantes disfruta de una visita guiada por el Soto de Canatalobos.
Zaragoza esconde rincones  de gran belleza natural que distan apenas unos kilómetros de la gran ciudad y que suponen una oferta de ocio interesante para disfrutar de los días de asueto.

El barrio rural de Juslibol engloba en menos de un kilómetro todos los ecosistemas de la provincia, desde el río hasta la estepa. Lo más conocido de la zona es el galacho, un área aislada de agua que marca el espacio por donde discurrió el Ebro en el pasado. Allí se pueden contemplar las garzas, fochas y gallinas de agua viviendo en libertad protegida.

Un poco más adelante aparece el Soto Partinchas; este lugar, cercano al cauce del río, está poblado de numerosos árboles y arbustos y acoge decenas de especies de pájaros diferentes. En este soto abundan los rastros de zorros, jabalíes y erizos, los cuales permanecen escondidos entre la espesura hasta la caída del sol.

También en Juslibol (y a lo largo del camino hacia Monzalbarba) se puede disfrutar de las sorprendentes vistas desde el cortado o paredón vertical entre montañas que ha generado la erosión del río. Fuera de Zaragoza resulta difícil encontrar un paisaje similar gobernado por aves acostumbradas a la verticalidad, como el búho, el cernícalo o los aviones roqueros. Más allá del cortado, se llega hasta la estepa, con un estilo de flora y fauna característicos del clima desértico. Hay insectos, alacranes y escorpiones. Los conejos, zorros y jabalíes también hacen su vida allí entre sendas de tomillo y romero.

Otro lugar ideal para encontrarse con la naturaleza es el Soto de Cantalobos, en el barrio de Las Fuentes, a orillas del río; ahora en primavera cuenta con la llegada de aves migratorias, como el cuco.

La Salada de Mediana

La Salada de Mediana es una laguna con alto contenido en sales que con la llegada del calor se seca y deja una capa de sal sobre el suelo de cerca de 14 hectáreas. El espectacular contraste entre el color marrón de la estepa y el blanco brillante de la sal cristalizada resulta de una impresionante belleza. Se encuentra a 3 km de Zaragoza por la carretera de Belchite.

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