Excalibur, el perro de Teresa Romero, la mujer afectada por el virus del ébola, ha sido sacrificado este miércoles pese a la oposición de miles de personas que pedían su aislamiento para ver si estaba infectado. Una furgoneta de la Universidad Complutense ha trasladado al perro entre las decenas de personas concentradas frente a la vivienda donde estaba el animal, aunque no ha trascendido si ha sido sacrificado en el interior de la vivienda. El animal será incinerado en Paracuellos del Jarama.

"Se ha cumplido con la resolución que indicaba la eutanasia del perro", dice la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid en un comunicado, donde recalcan que previamente ha sido sedado. "Desgraciadamente no ha quedado más remedio", ha dicho el consejero.

"La existencia de este perro mascota que ha estado en la vivienda en contacto con la paciente, de acuerdo con los hallazgos científicos disponibles, supone posible riesgo de transmisión de la enfermedad al hombre", aseguran, recalcando que "no existe garantía de que los animales infectados no eliminen el virus a través de sus fluidos orgánicos".

El perro ha sido sedado y posteriormente su cuerpo ha sido introducido en un dispositivo precintado de seguridad biológica, trasladado para su incineración "en una instalación autorizada para ello", añade.

Una resolución de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, ratificada el martes por el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 2 de Madrid, ordenó sacrificar al animal y el traslado y posterior incineración del cadáver.

A las 18.27 ha salido el furgón con el cadáver, lo que ha provocado el enfado de los concentrados a las puertas. Al grito de "asesinos", ha abandonado el lugar mientras los manifestantes seguían criticando la decisión.

Un joven de 30 años ha resultado herido leve por un golpe en la cabeza producido al caerse contra el suelo durante la salida del furgón con el cádaver de Excálibur, han informado a Europa Press fuentes sanitarias. El hombre se encontraba a las puertas de la casa de la paciente, situada en el número 31 de la avenida del Pinar de Alcorcón protestando contra el sacrificio del can. El joven, agitado, se ha tropezado con un bordillo mientras salía en un furgón blanco que llevaba el animal. Se ha dado contra el suelo, por lo que ha sufrido un traumatismo craneoencefálico leve y una brecha en la cabeza. Ha sido atendido por una ambulancia Protección Civil de Alcorcón y derivado a un hospital.

Por otro lado, sanitarios del Summa-112 ha atendido a una mujer de 55 años en el mismo lugar con un síncope, con una leve pérdida de conciencia. Posteriormente, fue trasladada a una ambulancia de la Cruz Roja, que le ha llevado al hospital de Alcorcón.